Asombroso pero cierto: dos amigos encuentran bajo tierra un diamante de 15 quilates valorado en 50.000 euros

Hay historias que parecen una leyenda local. Dos amigos, una pala, un terreno polvoriento y algo que de pronto empieza a brillar. Podrías pensar que se trata de un cuento, pero no lo es.

Esto pasó en Panna, una zona rural del centro de India donde buscar diamantes es casi una tradición heredada y, al mismo tiempo, una apuesta desesperada. Aquí te contamos qué ocurrió exactamente, quiénes son los protagonistas y por qué este hallazgo va más allá del dinero.

Cavando donde nadie espera nada

Satish y Sajid se conocen desde niños. Crecieron en familias humildes y aprendieron pronto que el trabajo diario apenas daba para cubrir lo básico. Uno regenta una pequeña carnicería. El otro vende fruta. Ninguno tenía experiencia real en minería, pero sí una idea fija que habían visto repetir a padres y abuelos: alquilar un pequeño terreno y probar suerte.

En Panna es habitual. Por poco dinero se puede arrendar una parcela y excavar a mano. Con paciencia y esfuerzo físico se va forjando la esperanza de encontrar algo distinto a polvo y piedras sin valor.

A finales de noviembre decidieron intentarlo. Iban después de su jornada laboral. Cavaban hoyos, sacaban tierra y la examinaban con cuidado. Pasaron días enteros sin resultados hasta que, pocas semanas después, apareció una piedra diferente, más pesada y con un brillo extraño que no habían visto antes.

Los amigos no celebraron de antemano e hicieron lo que marca la ley. Llevaron el hallazgo a un evaluador oficial del distrito y allí llegó la confirmación: no era una ilusión ni un fragmento sin valor. Era un diamante de gran calidad y tamaño poco habitual.

Para ellos, el impacto fue inmediato. Ambos son los hijos menores de sus familias y lo primero que mencionaron fue una prioridad muy concreta: ayudar a pagar las bodas de sus hermanas. Nada más.

Un diamante poco común

La piedra pesa 15,34 quilates. Un diamante de este tamaño y calidad es algo que muchos mineros no ven en toda su vida. Su valor estimado ronda los cinco o seis millones de rupias, lo que equivale a unos 50.000 euros, aunque la cifra final dependerá de la subasta oficial.

En India, los diamantes hallados en terrenos arrendados deben entregarse al gobierno regional. Se subastan cada pocos meses y atraen compradores nacionales e internacionales. El precio final varía según parámetros técnicos y referencias del mercado.

Panna tiene una larga historia ligada a estas piedras. Es una región en la que escasea el agua, el empleo estable y las alternativas reales para los jóvenes. Por eso, pese a que las probabilidades de hallar un diamante son mínimas, muchos siguen cavando.

Lo llamativo no es solo el tamaño del diamante, sino la rapidez con la que apareció. Normalmente pueden pasar años sin encontrar nada. En este caso, bastaron unas semanas. Los responsables locales lo describen como un golpe de suerte excepcional.

El diamante aún no ha cambiado sus vidas de forma material. Los dos amigos siguen trabajando igual que antes, con las mismas rutinas y los mismos horarios. Pero sí les ha aportado una agradable sensación de calma, junto con la idea de que el futuro ya no pesa tanto como antes.