España
Ministerio de Igualdad

Montero quiere una inspección «exhaustiva» de los libros de texto para derribar el «tabú menstrual»

Igualdad cree que hay que instruir a los niños para lograr su "apoyo social" a la menstruación

‘Pam’ Rodríguez critica que las jóvenes prefieran que las penetren a masturbarse: «Es patriarcal»

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Ministerio de Igualdad tiene un nuevo objetivo a derribar: el de la menstruación que, según Irene Montero, es un «tabú». Para ello, plantea una «revisión exhaustiva» de los contenidos curriculares de Primaria, Secundaria y Bachillerato. Igualdad considera que hay que «llenar lagunas de conocimientos» en torno a la regla, para «deconstruir los tabúes asociados» y lograr el «apoyo social» de los hombres a la menstruación. Cree también que hay que «terminar de eliminar mitos, miedos y estereotipos que siguen existiendo en diferentes entornos».

Montero considera urgente «normalizar» la menstruación en el sistema educativo, porque opina que ésta «se vive con vergüenza, miedo e inseguridades» por parte de las niñas y adolescentes. En definitiva, Igualdad cree que esa formación tiene que «empoderar a las niñas y adolescentes en toda su diversidad para que vivan la menstruación con dignidad».

Éstas son las conclusiones de un estudio elaborado por el Instituto de las Mujeres, Educación y salud menstrual de las mujeres jóvenes en España, en el que se concluye que el 53,2% de las españolas considera que en los espacios educativos no se explica el ciclo menstrual. Además, según este trabajo, la mayoría de las participantes evitan hablar sobre su ciclo menstrual con los hombres de la familia por vergüenza y son las mujeres trans quienes sufren más tabú sobre la menstruación.

Igualdad considera que es necesario «integrar a los hombres en la cultura de la salud menstrual para que deje de percibirse la menstruación como cosa de mujeres y se entienda como asunto de derechos humanos».

Mitos

El estudio, a cargo del erario público, analiza incluso la persistencia de «falsas creencias y prohibiciones» durante la menstruación, como el riesgo de «mojarse la cabeza y bañarse» durante esos días, «tocar plantas» -«por estropearlas, quemarlas, matarlas»- o «preparar alimentos como la mayonesa» que «podría cortarse y estropearse». La conclusión es que las jóvenes no siguen estas creencias «como antaño sus abuelas y en muchas ocasiones sus madres» y «esto se debe a que se va rompiendo y desapareciendo el tabú menstrual y al avance en educación menstrual».

Las entrevistadas afirman también que recuerdan su paso por el colegio o instituto «como difícil para gestionar la menstruación, debido principalmente al desconocimiento de los compañeros que propiciaban burlas, lo que hacía que todo el proceso se viviese con vergüenza, inseguridad y temor de manchar la ropa o las sillas».

Sexo

Esta nueva preocupación del Ministerio de Igualdad se suma a otras, como las relaciones sexuales de las españolas. La última campaña del departamento profundiza en la tesis de que en España «no se habla de sexo». El spot presenta distintas situaciones, como una mujer con sobrepeso que apaga la luz para mantener relaciones sexuales, una mujer madura masturbándose, o una chica que limpia la sangre de su copa menstrual antes de tener sexo. Según ha publicado La Moncloa, la campaña tiene entre sus objetivos «fomentar el diálogo y la conversación en torno a la sexualidad, así como la eliminación de tabúes y la apuesta por la educación sexual como forma de alcanzar una sociedad más igualitaria».

Hace unos días, la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, se declaró «preocupada» por que las mujeres jóvenes aseguren que su práctica sexual más habitual -en un 74% de los casos- es la penetración y no la masturbación.

Según Rodríguez, es un dato «impresionante» que revela un «relato de la sexualidad profundamente patriarcal, en el que la penetración y el papel de los hombres y su cuerpo se convierte en el paradigma de la normalidad de la sexualidad en la que viven las mujeres más jóvenes».