España
Ministerio del Interior

Marlaska gasta 733.000 € en jardinería en El Pardo donde tiene a las agentes sin termo y con duchas frías

Desde hace 3 meses 'castiga' con duchas frías a las ocho profesoras del centro de adiestramiento canino de la Guardia Civil

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, gastará más de 730.000 euros de dinero público en jardinería en el Centro Cinológico de la Guardia Civil, ubicado en El Pardo (Madrid), donde tiene a ocho mujeres guardias civiles sin termo eléctrico y con duchas frías desde hace tres meses. Como ha revelado recientemente OKDIARIO, ha dejado sin agua caliente a las agentes de El Pardo al quitarles el termo del vestuario para colocarlo en las instalaciones del servicio de limpieza y, por tanto, destinarlo a fregar el suelo

Mientras no hay dinero para comprar un termo y castiga con duchas frías a este grupo de profesoras del Centro de adiestramiento de perros de la Guardia Civil (Capede), ubicado en dichas instalaciones, el Ministerio acaba de licitar un contrato para el mantenimiento de zonas verdes y jardines del servicio cinológico por nada menos que 733.441, 95 euros, según consta en el BOE de este jueves. 

En concreto, para el «mantenimiento integral y preventivo, técnico legal, correctivo y servicio 24 horas de atención de urgencias de los jardines y zonas verdes» durante un plazo de 36 meses. Las zonas a conservar son las praderas de adiestramiento (6.933 m2), el arbolado y los arbustos. El adjudicatario se encargará de la poda y recorte de setos, plantación de árboles, arbustos y de flor de temporada, siegas de césped y desbroces de praderas, entre otras tareas.

«No entendemos cómo no hay dinero para comprar un termo eléctrico, que cuesta unos 100 euros, pero para el mantenimiento de los jardines Interior se gaste una cantidad de dinero tan elevada», declara indignado a este diario Eugenio Nemiña Suárez, responsable jurídico de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), así como vocal del Consejo de la Guardia Civil y de la Comisión de Riesgos Laborales.

«El reconocimiento real al esfuerzo y sacrificio de los guardias civiles debe traducirse en hechos, comenzando por garantizar condiciones de vida acordes con la dignidad y el nivel de compromiso que exige el servicio público que prestan», señala a este diario Olaya Salardón, portavoz de la AUGC, criticando el «abandono» que sufren por parte de quien más tendría que apoyarlos, en referencia al ministro y a la directora de la Benemérita, Mercedes González. 

Las agentes de El Pardo se encuentran en esta situación desde el pasado mes de septiembre. En este centro se forman los guías caninos de las distintas unidades del servicio cinológico –especialidad que usa perros para labores policiales– y se adiestra a sus canes. Además, es el centro encargado de capacitar a los guías de perros para labores docentes de adiestramiento. 

El lugar donde estaba ubicado el termo en los vestuarios femeninos.

Las afectadas se encargan de impartir los cursos de guías de perros de seguridad y rescate, detectores de explosivos y detectores de drogas. Debido a que las formaciones requieren de esfuerzo físico, finalizan el servicio empapadas de sudor y en invierno a veces también caladas por la lluvia y las bajas temperaturas, por lo que necesitan ducharse cuando terminan el trabajo. Sin embargo, de hacerlo tiene que ser con agua fría. Los profesores hombres han corrido mejor suerte, ya que en los vestuarios masculinos sí hay agua caliente.

El responsable jurídico de la AUGC pidió explicaciones sobre este caso en la Comisión de Riesgos Laborales del Consejo de la Benemérita del pasado 19 de noviembre, así como una solución urgente. Sin embargo, no recibió una respuesta clara y la situación continúa hasta la fecha. Nemiña ya ha dado un margen de maniobra y de no solucionarse de forma urgente, presentará una denuncia ante Inspección de Trabajo, que presumiblemente dará un varapalo a Interior, como viene ocurriendo.

La AUGC no da crédito a que «para coger un poco de agua caliente para limpiar se haya dejado a las guardias civiles sin él en el vestuario».  «Es vergonzoso y lamentable que Marlaska siga teniendo a los trabajadores sin material para ejercer su trabajo y en condiciones poco dignas mientras se derrocha dinero en jardinería, banderolas luminosas o instrumentos de música», denuncia el responsable jurídico de la asociación, destacando que «hay que dar prioridad a las personas y a los animales con los que trabajan».

Eugenio Nemiña se pronuncia así respecto a otras dos licitaciones recientes. El Ministerio del Interior gastará 172.500 euros en carteles luminosos para señalizar los cuarteles. Quiere que le sean suministrados 124 con la imagen corporativa de la Guardia Civil para instalarlos en la fachada o mástil exterior de las dependencias oficiales de la Benemérita.

El coste de cada uno son 1.150 euros, «muy superior a los 100 euros de un termo», critica Nemiña, quien ha enviado una misiva a la directora de la Guardia Civil, poniendo sobre la mesa que «en los agentes se están encontrando con constantes denegaciones de material obligatorio en los lugares de trabajo» mientras se encuentran con «licitaciones llamativas que dejan patente que dinero tienen», pero «lo reparten como les da la gana».

Y le reclama que dé instrucciones que, «conforme el criterio del Tribunal de Justicia Europeo, impidan justificar el incumplimiento de la normativa de disposiciones mínimas de los lugares de trabajo, en la supuesta falta de presupuesto y se inste a realizar un reparto del gasto en el cumplimiento de la legalidad en materia de riesgos laborales».

La denuncia sobre los instrumentos musicales es porque Interior también gastará 110.000 euros en ocho instrumentos de música para «renovar y actualizar» la dotación de la Unidad de música de la Guardia Civil: «el valor de 260 chalecos antibalas». «Desde 2023 ha gastado hasta 418.000 euros en instrumentos mientras los agentes llevan chalecos que no son de su talla, no hay dinero para termos o arreglar los cuarteles», critica Eugenio Nemiña.

En Alicante también con duchas

En la misma situación que estas agentes se encuentra una treintena de guardias civiles de Seguridad Ciudadana de Alicante, como también ha desvelado recientemente OKDIARIO. Interior alega que la comandancia donde trabajan «no dispone de crédito presupuestario para la compra de termos/calentadores, lo que imposibilita cualquier adquisición de un aparato nuevo».

Así lo recoge un documento al que ha tenido acceso este diario en exclusiva, que fue remitido el pasado 17 de julio por el teniente coronel, que es el jefe interino de la comandancia, en respuesta a la misiva de una de las agentes afectadas denunciando esta deficiencia que sufren.

El documento oficial indicando que no hay dinero para un termo.

El termo eléctrico de estos agentes se estropeó en noviembre de 2024 y sigue sin solucionarse el problema, pese a las reiteradas quejas de los afectados. Este caso ya ha sido denunciado por la AUGC ante Inspección de Trabajo.

Nemiña subraya en la denuncia, como recuerda también en la queja a la directora de la Guardia Civil, que el Tribunal de Justicia de la Unión Europa (TJUE) ha recordado en múltiples sentencias –entre ellas la de 14 de mayo de 2019 (asunto C-55/18)– que «la protección eficaz de la seguridad y la salud de los trabajadores no puede subordinarse a consideraciones de carácter puramente económico».

Asimismo, apunta que el TJUE dejó claro en su sentencia de 12 de enero de 2006 (asunto C-132/04), que la Directiva Europea es de plena aplicación en la Guardia Civil, salvo las circunstancias excepcionales tasadas en la resolución, como catástrofes y situaciones de grave riesgo colectivo para las personas.

Para la AUGC, tanto lo que ocurre tanto en la escuela de El Pardo como en las instalaciones de la Usecic en el Puerto de Alicante evidencia «el abandono de Interior a la Guardia Civil», así como lo que ocurre en el cuartel de Corcubión (La Coruña), donde Marlaska ha gastado 2,5 millones de euros en la reforma verde y prohíbe a los agentes desde hace seis meses usar el agua caliente, como ha informado este diario. 

«También lo refleja el hecho de alojar en barracones con chinches a la élite de la Guardia Civil durante sus prácticas anuales», apunta Nemiña.

La AUGC denuncia que «el Ministerio del Interior se ha acostumbrado a tener a los guardias civiles en instalaciones tercermundistas, incumpliendo las propias normas dictadas por el Gobierno que, sin embargo, se aplican con dureza a la empresa privada». «Si una empresa incumple la normativa de riesgos laborales, Inspección de Trabajo le pega un sablazo, pero en la Benemérita es la propia institución la que incumple con sus trabajadores», concluye.