España
Crimen de Gabriel Cruz

La madre de Gabriel Cruz denuncia que Ana Julia Quezada la «quiere matar por boicotear el documental»

La madre del niño asesinado ha señalado que se habrían utilizado móviles dentro de la cárcel para grabar un documental sobre su hijo

Patricia Ramírez, madre de Gabriel Cruz, el niño asesinado en Níjar (Almería), ha comparecido este miércoles ante los medios para denunciar las posibles irregularidades que se investigan en la prisión de Brieva y que implican a la asesina de su hijo, Ana Julia Quezada.

Tras conocerse que varios funcionarios habrían facilitado un teléfono móvil a Ana Julia Quezada a cambio de sexo, la madre de Gabriel ha comparecido para denunciar lo que está ocurriendo y ha desvelado que el 31 de diciembre interpuso una denuncia ante la Guardia Civil tras haber tenido constancia por fuentes cercanas a ella que Quezada habría manifestado que la «quiere matar» por haber «boicoteado» el documental que, según sostiene, aún está «en ciernes».

«Me dicen que está muy enfadada conmigo porque, entre otras cosas, le he roto el documental», ha manifestado la madre del niño Gabriel, quien ha asegurado que pasó «miedo» y entró «en alarma» al saber que la reclusa se quería «vengar» de ella, para lo que podría valerse de terceros.

Ramírez ha explicado que la situación se trasladó a la Guardia Civil de Ávila, para solicitarle una protección de los datos personales de su denuncia, con la que se incoó la investigación por el presunto cohecho en prisión, puesto que además comenzó a recibir ciertas llamadas de teléfono de origen desconocido.

Asimismo, interpuso una denuncia en Almería que si bien se archivó en un primero momento, después fue recurrida y ha permitido mantener abierta una investigación que está a la espera de recabar testimonios de esas presuntas amenazas.

Móviles dentro de la prisión de Ana Julia

Visiblemente emocionada, Ramírez ha dicho que «a nuestros asesinos los han convertido en famosos», en clara referencia al al documental True Crimen que se quiere grabar sobre el caso, y ha defendido su condición de madre: «lo seguiré siendo hasta el último día de mi vida».

La madre del pescaíto ha declarado que el pasado mes de mayo trasladó que «había tenido conocimiento» de que existían relaciones con funcionarios por parte de Ana Julia para facilitarle móviles con los que presuntamente se estaba grabando videos para un posible documental. «Existían móviles dentro de prisión, presuntamente, dije que se podían haber dado poderes judiciales, ya saben a quién, para que pudiera hacer momentos fuera de prisión. En los vis a vis podrían haberle entregado teléfonos o dinero, entre otras cosas», ha dicho.

La madre de Gabriel ha señalado un episodio concreto ocurrido el 27 de diciembre: «Ese supuesto teléfono móvil, se dio un chivatazo sobre un posible caché, entonces el teléfono salió de la celda de su dueña y según las fuentes que me informan, acabó en el domicilio de uno de los funcionarios».

Las acusaciones de Patricia Ramírez apuntan a la existencia de una posible red corrupta en la prisión. «A lo largo del año, por diferentes fuentes, he seguido recibiendo información sobre estos hechos. Que tiene información y chivatazos sobre los cacheos, que están esperando para seguir grabando, que hay movimiento de dinero, no solo en los vis a vis, no solo por parte de la pareja de la condenada, sino entre los funcionarios entre los que estarían funcionarios y mediando su abogado», ha explicado.

Patricia Ramírez ha criticado la postura mantenida desde instituciones penitenciarias en relación a la asesina de su hijo al entender además, en el marco de la investigación iniciada, que podría haber «chantajes» a la prisión para no revelar los vídeos de naturaleza sexual con trabajadores del centro filmados con los teléfonos que la interna poseía.

La madre del pequeño Gabriel Cruz ha sido taxativa al concluir su intervención: «Todo se denuncia», dejando claro que seguirá luchando por la memoria de su hijo y para que se haga justicia completa en este caso que conmocionó a toda España.

Esta información se suma al dolor que ya sufre la familia por la pérdida del pequeño, ahora agravado por estas supuestas irregularidades que permitirían a la asesina confesa mantener contactos con el exterior y participar en la producción de documentales sobre el crimen que cometió.