España

El juez del caso Villarejo cree que no hay pruebas para reabrir el 11M

El juez Manuel García-Castellón se ha apoyado en dos factores claves para decidir si reabrir o no la investigación del 11-M. Una es la declaración del ex comisario José Manuel Villarejo y otra el informe elaborado por la Brigada de Análisis y Revisión de Casos (BARC).

El juez del ‘caso Tándem’, Manuel García-Castellón, cree que el ex comisario José Manuel Villarejo no ha aportado pruebas suficientes para reabrir la investigación sobre el atentado terrorista perpetrado el 11 de marzo de 2004 y que se cobró la vida de 192 personas.

En sintonía con la postura adoptada por los fiscales de la Audiencia Nacional, el magistrado concluye que el comisario jubilado no ha aportado documentos oficiales que confirmen las teorías que ha defendido en sede judicial, sobre el supuesto cierre en falso de la investigación.

En una misiva enviada al Juzgado, Villarejo aseguraba conocer «la autoría real de los atentados» y vinculaba a agentes secretos marroquíes y franceses con la masacre.

La instrucción sobre el atentado terrorista se investigó precisamente en el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, el mismo del que es titular el magistrado Manuel García-Castellón, el juez del caso Villarejo.

Informe policial

El escrito enviado al Juzgado fue la razón por la que el juez García-Castellón no podía desoír a Villarejo y se vio en la obligación de citarle a declarar. José Manuel Villarejo fue trasladado desde la prisión de Estremera, donde se encuentra en prisión provisional desde hace quince meses, hasta la Audiencia Nacional el pasado jueves 28 de marzo.

Para tomar la decisión sobre si reabrir o no la causa del 11-M el juez se ha apoyado en dos factores claves: el interrogatorio al ex comisario y el informe que solicitó a la Brigada de Análisis y Revisión de Casos (BARC) de la Policía Nacional.

Tal y como adelantó este periódico, la Audiencia Nacional no encontró nada relevante en este dossier, con carácter reservado, que consta de 200 folios. En él, la brigada secreta -creada en 2015 por el ex jefe de la Policía Nacional Eugenio Pino- sólo abordó «los protocolos de actuación realizados durante los atentados del 11-M, sin que se incluyera referencia alguna a otro asunto que no fuese la mera revisión de las actuaciones», según declararon en su momento técnicos policiales que contribuyeron a su elaboración.

Ahora José Manuel Villarejo teme por la vida de su familia, tras estas declaraciones, y ha solicitado protección especial para ella.