Juan Carlos Girauta: «Me importa un comino y me chupa un pie lo que piense de mí la gente de mala fe»

"Yo no me pregunto de qué partido soy, sino cuál comparte mis principios y ahora es Vox, que es hoy el gran enemigo a cara de perro de los nacionalistas”

“Ciudadanos es sólo ya un fantasma con unas siglas”

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«Me importa un comino y me chupa un pie lo que piense de mí la gente de mala fe». Así responde Juan Carlos Girauta a las críticas que ha recibido por integrarse en la lista de Vox al Parlamento Europeo. Girauta será, el 9 de junio, el número tres, tras Jorge Buxadé y Hermann Tertsch. También ha recibido apoyos. A Girauta le acompaña la polémica porque no se muerde la lengua.

En esta entrevista con OKDIARIO, Juan Carlos Girauta se explica ante quienes «de buena fe» no entienden que haya pasado por el PSC, el PP, Ciudadanos y, ahora, Vox (sin militar en el partido de Santiago Abascal): «Mi decisión es coherente. La coherencia no es acompañar a tus siglas cuando las siglas hacen lo contrario de lo que tenían que hacer. Lo coherente es mantenerte en tus principios».

Juan Carlos Girauta afirma que ha aceptado la oferta de Vox por la gravedad del momento de España: «Sánchez ha dado un autogolpe y la democracia está en peligro». Girauta habla del intercambio de impunidad por impunidad entre Puigdemont y Sánchez, enfangado junto a su mujer en el caso Koldo. De Ciudadanos, Girauta opina que es «un fantasma con unas siglas». 

PREGUNTA.- ¿Por qué das el paso de ir en la lista de Vox al Parlamento Europeo?

RESPUESTA.- Porque España vive un golpe de Estado dado desde el propio Poder Ejecutivo, un autogolpe. Es la situación más grave de la historia democrática española y podría dar al traste con ella. Ahora me ha movido lo mismo que me movió en su momento: la regeneración, por los vicios que amenazaban la calidad democrática de España, que se estaba degradando. Ahora, se ha degradado tanto que está en riesgo la propia democracia liberal. Es un momento en el que no se puede decir que no.

P.- En redes te critican porque has pasado por el PSC, PP, Ciudadanos y Vox. ¿Qué les dices?

R.- Me importan un comino y me chupa un pie lo que piensen los que hablan de mala fe. A quienes lo piensan de buena fe les digo que estoy en la coherencia política. La coherencia no es acompañar a tus siglas cuando hacen lo contrario de lo que tenían que hacer. Lo coherente es mantenerte en tus principios. Y yo, respecto a la Constitución, pienso lo mismo desde que era un estudiante de Derecho y tuve como catedrático y profesor a uno de los padres de la Constitución. Pienso que hay que salvaguardarla y acatarla, y que es perfectible, pero sólo a través de una reforma constitucional. Y creo que es el marco jurídico que ha permitido todos estos años de convivencia, paz y libertad. Siempre he pensado lo mismo. Siempre he abominado de los nacionalistas. El enemigo de los nacionalistas cuando yo tenía 20 años en Cataluña, que es de donde yo soy, era el Partido Socialista. El enemigo de los nacionalistas cuando estaba Vidal-Quadras en el PP en Cataluña era Vidal-Quadras. Ya no era el Partido Socialista. Cuando se creó Ciudadanos era Ciudadanos. Y cuando Ciudadanos no existe y está muerto, el gran enemigo de los nacionalistas es Vox, que le planta cara, a cara de perro. La propuesta no es militar en Vox, sino ser candidato en sus listas. A mí me parece que los incoherentes son todos los diputados del PSOE que aplauden con las orejas cuando les dicen una cosa y su contraria. A mí me daría vergüenza ser diputado del PSOE, votar la Ley de Amnistía y después aplaudir cuando toda la cúpula de tu partido se ha pasado toda la vida diciendo que es inconstitucional hasta que necesitan siete votos y entonces ya es constitucional. Eso es lo incoherente. La gente cree que la política es como el fútbol. Llevar una camiseta y defenderla haga lo que haga, jueguen bien o mal. La política es mucho más seria. Se defienden valores y principios. Si un partido deja de defender valores o principios, adiós al partido. Yo no me pregunto de qué partido soy. Me pregunto qué partido es de mí. Yo tengo mis principios. ¿Qué partido comparte mis principios? Ahora es Vox.

P.- ¿Qué te pareció la presentación de la candidatura de Puigdemont?

R.- Es un esperpento que se ha crecido por la debilidad terrible de Sánchez. Para montar una mayoría alternativa a PP y Vox ha tenido que pactar con todo: desde la hez de los bilduetarras hasta los golpistas. Su debilidad ha convertido a Sánchez en un monigote. A eso, suma el trastorno de Puigdemont, que es una especie de Napoleoncito, pero cobarde y que se escapa en un maletero. Todas las cesiones que se hacen al nacionalismo las interpretan como un signo de debilidad del Estado y, como Sánchez no hace más que cesiones, creen que España está más débil que nunca. Tienen razón. Pero no quiere decir que se vayan a salir con la suya. Hay límites y se toparán con ellos.

P.- ¿Sánchez da impunidad a Puigdemont por siete votos o por impunidad también para él y su mujer en el caso Koldo?

R.- A Sánchez lo que le interesa del poder son los signos de poder, la ostentación. Sánchez carece de auctoritas. Tiene los signos del poder, que es lo que quiere. Si él da impunidad a los golpistas para mantenerse en el poder, pues no te digo que no la busque para sí mismo primero. Todos sabemos que hay un conflicto de intereses que obligaba a Sánchez a ausentarse del Consejo de Ministros cuando se tomó la decisión de darle cientos de millones a la empresa con la que su mujer mantenía una relación contractual. Él tenía que haberse ido y no se fue. Y eso en un país democrático no se puede aceptar. Lo que diga la Oficina de Conflictos de Intereses, que depende del ministerio, es bla bla bla. Luego están los jueces y la figura del cohecho, que es un delito muy feo. Y está Europa, que vigila los fondos con los que se salvó a Globalia y compañía. Eran fondos para recuperar la economía después del Covid. Fíjate qué sinvergüenzas son. Roban durante la pandemia y luego reparten a los amigos los fondos para reactivar la economía. Son unos auténticos sinvergüenzas. Claro que va a intentar tener impunidad, pero mi apuesta es que no la va a lograr. Su esposa ha incurrido en algo que sólo podría admitirse, y con muchas dudas éticas, en el caso de que él se hubiera marchado del Consejo. Pero allí estuvo presente. Es impresentable.

P.- Ciudadanos y PP han roto sus negociaciones y Adrián Vázquez ha dimitido. ¿Qué debería hacer Ciudadanos en las elecciones catalanas y al Parlamento Europeo?

R.- Ciudadanos no existe ya. Existe un fantasma con unas siglas. Pero eso no es Ciudadanos. Ciudadanos es una cosa que hicimos una serie de personas, que murió. Ya está. No pasa nada. Las cosas nacen y mueren. Es la vida. ¿Qué pueden hacer las personas que siguen? Comprender, con realismo, que no le puedes pedir a un partido vivo [PP] que comparta contigo esas siglas en una papeleta porque es ridículo. Porque no aportan nada. Pueden integrarse en otros grupos. El actual Ciudadanos, por lo que se hizo en la etapa de Inés Arrimadas, sería para que algunos se fueran al PSOE. Lo digo sin ninguna alegría porque después de oponernos a pactar con el PSOE y el precio que pagamos, tuvimos que ver cómo se le tendía la mano al PSOE una y otra vez. Ciudadanos no es que sea un fantasma, es que es lo contrario de lo que creamos. Tendría sentido que algunos fueran en las listas del PP. Me da igual lo que hagan. A mis ex compañeros les deseo lo mejor.

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