El inmigrante muerto en Lavapiés no era uno de los ‘manteros’ que seguía la Policía
Mmame Mbage, el inmigrante que anoche falleció de un infarto en el barrio madrileño de Lavapiés, era ‘mantero’, pero no estaba practicando la venta ambulante en el momento de su defunción, según fuentes de la Policía Municipal.
El ciudadano senegalés había salido de su casa, en la calle Oso, en compañía de un amigo cuando comenzó a sentirse indispuesto y se desplomó segundos después. El amigo llamó a la Policía, que, según estas mismas fuentes, venía de perseguir a tres ‘manteros’ por la zona en una operación en la que terminó deteniendo a dos de ellos. Aún buscaban a un tercero.
El SAMUR que debía atender al joven senegalés tardó en llegar entre 20 y 30 minutos, dejando la reanimación en manos de los agentes, lo que provocó el consiguiente revuelo y la confusión que aprovecharon los grupos antisistema para lanzar la falsedad de que Mbage había muerto a manos de la Policía. Los radicales comenzaron a insultar a los agentes, quienes, viendo que la situación se caldeaba, decidieron acordonar la zona. Entonces comenzaron los disturbios.
Graves disturbios
A partir de las diez de la noche, comenzó en Lavapiés la quema de contenedores y mobiliario urbano, los daños en sucursales bancarias, las barricadas y los ataques a agentes con todo tipo de objetos.
Hasta diez miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos la noche de este jueves, que acabó con el arresto de seis personas de nacionalidad española, entre ellas una mujer y un menor.
El suceso ya se ha convertido en un nuevo frente político que Podemos está tratando de calentar. El secretario general de los morados, Pablo Iglesias, desconociendo estos detalles que aporta OKDIARIO, ha «lamentado» que alguien tenga que «trabaja para vivir» tenga que «salir corriendo» y, de paso, ha enfrentado este caso con «la impunidad de los corruptos».
Desde el PP se ha mandado un mensaje de apoyo a la buena labor de Policía, SAMUR y Bomberos y se ha pedido no criminalizar a un barrio por la actitud de un puñado de «agitadores antisistema que no son ni vecinos ni representan a nadie más allá de su propia conducta».