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FIESTAS DEL PILAR

Las imágenes de la espectacular salida del Rosario de la Aurora y su llegada al Pilar de Zaragoza

Conoce su origen, el porqué y el motivo de la expresión "acabar como el Rosario de la Aurora"

Todo lo que necesitas saber si quieres acertar con los ramos de flores para la ofrenda del Pilar

Como cada 12 de octubre, antes de despuntar del alba, centenares de zaragozanos rezan el rosario de la aurora a la Virgen del Pilar de Zaragoza. A las cinco en punto de la madrugada, como es tradición, sale de la parroquia de San Pablo la imagen de la Virgen del Rosario y del santo que extendió su rezo, Santo Domingo de Guzmán, para llegar al camarín de la patrona de la Hispanidad en la Basílica del Pilar.

Los pasos de la procesión del Rosario de la Aurora: la Virgen del Rosario y Santo Domingo de Guzmán.

Los cofrades del Santo Rosario, ayudados por otros voluntarios, empujan con fuerza cada paso con afán de  ascender por la rampa de madera auxiliar que se coloca siempre que hay procesión, sorteando los 10 escalones que conducen a la nave de la iglesia. Una joya del patrimonio aragonés, que se encuentra a varios metros de la cota cero, desde donde se erige una de las torres mudéjares más bellas del mundo.

Los auroros preparando a la Virgen para subir por la rampa de madera.

Hoy la cofradía cuenta con solo 79 personas. En los años ochenta del pasado siglo, eran miles los cofrades. Una de las razones por las que las personas han dejado de formar parte, explica la Hermana Mayor, Rosario Pintanel India, se debe a que procesionan aun de noche y sin requerir de traje, «y puede parecer, en estos tiempos de tanto afán de protagonismo, menos vistosa». «Hoy la gente quiere ser vista. Aquí a penas hay cámaras, pero esta procesión es preciosa, auténtica», añade.

En el libro de Actas de la Cofradía del Santísimo Rosario de Nuestra Señora del Pilar, aparece una nota del 3 de julio de 1756, donde se hace referencia a una solicitud presentada por una mujer llamada María Velilla. A través de este documento, Velilla pidió permiso al Cabildo para que, junto con 6 personas más, pudieran rezar al alba en el día del Pilar un rosario en la Santa Capilla, saliendo al exterior del templo en los últimos misterios.

El encuentro de Ambas en la Santa Capilla, es celebrado por los auroros entre lágrimas y sonrisas, pues habrá pocas imágenes al año, tan bellas como esta estampa en el sigilo de la aurora. Todos juntos hacen resonar con devoción la Salve Regina.

El vicepresidente del gobierno de Aragón, Alejandro Nolasco, el concejal de Vox, la Hermana Mayor, el concejal de Vox, Armando Martínez, y el párroco.

Este año, al cortejo sacerdotal que seguía a la Virgen en procesión, se ha sumado el vicepresidente de Aragón, Alejandro Nolasco. Un presencia insólita en la historia reciente de la democracia, porque, según nos cuentan algunos cofrades a OKDIARIO, ninguna autoridad de gobierno había venido hasta ahora a esta histórica y tradicional procesión. Nolasco, quien ha mantenido, en todo momento, suma discreción para pasar inadvertido, ha llegado acompañado de uno de los concejales de Vox en el Ayuntamiento de Zaragoza, Armando Martínez, quien además es presidente de la junta de Distrito del Casco Histórico. Desde hace décadas, tampoco ningún presidente de la Junta había salido en procesión con ellos.

«La presencia del vicepresidente de Aragón y del concejal nos honra, porque dan visibilidad a una tradición que no podemos dejar perder», explica Anselmo, uno de los cofrades. «Necesitamos más cofrades. Hace solo unas décadas éramos todavía miles», resalta Marta González, una aurora que será la próxima en coger el relevo de la Hermandad.


El rosario, culto de labradores

Esta petición popular, encabezada por María de Velilla, coincide con una devoción que se extendió a la vez por toda España en el s. XVIII, protagonizada por los labradores. El barrio de San Pablo fue edificado precisamente por ellos, a extramuros de la muralla romana, próximo a las huertas. La mayoría de estos parroquianos eran labradores, que estarían además muy influidos por los dominicos del barrio que vivían en el desaparecido convento de Santo Domingo.

El emblema del gacho de los labradores y San Pablo al fondo.

Va abriendo paso entre la multitud un gancho, símbolo de los labradores, que  dará nombre al barrio. La herramienta del gancho era utilizada para quitar todo lo que pudiera estorbaba en las huertas. Además, el rosario de la Aurora se celebra en octubre, coincidiendo con el mes de la vendimia, tan importante en Aragón.

Desde una fecha indeterminada, los labradores podían ganarse indulgencias con el rezo del rosario durante la misa del alba. De esta manera, los rosarieros invitaban a sumarse al rezo, recorriendo las calles con sus estandartes, faroles y velas, como se puede contemplar en el Rosario de Cristal zaragozano.

Los rosarieros camino del Pilar, por la calle Alfonso I el Batallador.

Esta costumbre de los labradores está extendida en toda España, como demuestran las innumerables canciones populares, que hacen referencia a patrones locales, como San Isidro en Madrid. La enciclopedia de Navarra recoge algunos ilustrativos versos: «El demonio a la oreja / te está diciendo: / No vayas al rosario / sigue durmiendo. / Labrador si tu quieres / frutos del campo, / los tendrás abundantes / con el Rosario».

Así mismo, esta tradición reforzaría la creencia de «a quien madruga, Dios le ayuda», porque salir a rezar a la aurora, motivaría a los labradores a levantarse muy temprano para trabajar la tierra y recibir los favores de Dios.

El rosario y la rosa

La muy Ilustre y Antiquísima Cofradía del Santísimo Rosario es conocida como la Cofradía de la Rosa. Ya que ‘rosario’, que significa ‘corona de rosas’. El origen de este rezo se remonta a los tiempos de la persecución de los cristianos por los romanos.

Algunas mujeres cristianas condenadas al martirio, portaban una corona de rosas, como símbolo de alegría y de entrega de sus corazones al ir al encuentro de Dios, por no apostatar de su religión, adaptando la costumbre que tenían los paganos de coronar con rosas a las estatuas que representaban a sus dioses, como símbolo del ofrecimiento.

Las coronas que portaban las mártires eran recogidas después por otros cristianos y, por cada rosa, recitaban una oración o un salmo en honor al difunto, pidiendo a Dios el descanso eterno de su alma.

Conforme pasaron los siglos, la Iglesia mantuvo esta preciosa tradición con la que se veneraba a los mártires, recomendando incluir en el rezo los 150 salmos de David. Sin embargo, al resultar tan complejo para las gentes de aquel momento, la mayoría analfabetas, permitió cambiarlo por 150 Avemarías divididas en quince decenas. Ahora se repasan los 20 misterios de la vida de Jesús y la Virgen, recitando en cada uno de ellos, un padrenuestro, 10 avemarías y una gloria, terminado con una preciosa letanía dedicada a la Siempre Reina.

El por qué Santo Domingo

La popularidad del rezo del rosario se debe a una aparición mariana a Santo Domingo de Guzmán en la Edad Media. La Virgen se le apareció con un rosario, pidiendo que rezara esta oración y la extendiera por todo el orbe cristiano. La devoción al Santo Rosario se propagó por toda la Iglesia, y en la Batalla de Lepanto de 1571 contra el Imperio Otomano, se instauró como fiesta, por atribuírsele a la Virgen la victoria contra los turcos. Siendo además el mes de octubre el dedicado a esta Virgen.

Por eso, todas la auras del día del Pilar, Santo Domingo acompaña a la Virgen, encabezando la procesión.

Acabar como el rosario de la aurora

La RAE define la expresión coloquial «acabar como el rosario de la aurora», como «desbandarse descompuesta y tumultuariamente los asistentes a una reunión, por falta de acuerdo». Si bien, para comprender esta expresión, falta la coletilla: «Acabar como el rosario de la aurora, a farolazos».

Hay varias teorías que explican el origen de locución. Una de ellas sería que, dada las tempranas horas a las que se producían estos rezos, serían frecuentes los altercados entre los auroros que rezaban por la calle, y golfos y camorristas que deambulaban desde la noche anterior por los mismos lugares.

Siglos la condición del ser humano, no cambian. Y menos en fiestas. Mientras unos madrugan para rezar a la aurora, otros y se van a dormir cuando amanece.

El rezo del Rosario de la Aurora culmina con la celebración de la misa aragonesa en honor a la Virgen del Pilar, al regreso del templo de San Pablo.

En imágenes

 

Salida de la Virgen del Rosario de la Iglesia de San Pablo.

La comitiva de auroros llega a la Plaza del Pilar.

La Virgen del Rosario llegando a la plaza del Pilar.

Los infanticos saliendo de misa se cruzan con los auroros que entran a la Basílica del Pilar.

Dos auroras vestidas de baturras con las flores que ofrenderán a la Virgen del Pilar.

 

Entre los auroros, el vicepresidente del Gobierno de Aragón, Alejandro Nolasco, y el concejal de Vox

Uno de los auroros siguiendo el rezo del rosario a las puertas de la Basílica del Pilar.

La Virgen del Rosario frente al camarín de la Virgen del Pilar.

Llegada a la capilla, encabezando los auroros, Anselmo, con el emblema del Gancho.

Regreso al templo de San Pablo tras el rezo del rosario, todavía el sol no roza el alba.

La misa aragonesa que corona el Rosario de la Aurora en la Parroquia de San Pablo.