Independentismo en Cataluña

Guerra civil en JxCAT: las bases enseñan la puerta de salida a Puigdemont y Borràs

El retroceso electoral de JXCat en las elecciones catalanas hace temer que eso pueda ocurrir en las municipales

JxCAT Puigdemont
Laura Borrás aplaude a Carles Puigdemont durante un acto de JxCAT.
Joan Guirado

Las bases y cuadros de JxCAT enseñan la puerta de salida a Carles Puigdemont y a la procesada Laura Borràs. Reclaman la celebración de un congreso extraordinario antes del verano, que dé paso a nuevos liderazgos, ante el estancamiento del partido «muy centrado en proyectos personalistas». El ex consejero de Territorio, ahora presidente del Puerto de Barcelona, Damià Calvet, espera en la línea de banda para salir al rescate.

El retroceso electoral que sufrió JxCAT en las últimas elecciones catalanas, perdiendo por primera vez la Presidencia de la Generalitat para el espacio convergente, hace temer que eso pueda provocar un efecto contagio en las elecciones municipales del año que viene. De ahí que muchos cargos municipales reclamen un revulsivo que permita renovar la dirección.

En una carta que varios territorios han remitido a la dirección, y a la que ha tenido acceso OKDIARIO, recuerdan que el cónclave «en cumplimiento, con el plazo de dos años desde el congreso fundacional, se debe celebrar como máximo en julio». Pero los máximos representantes de la organización separatista no tienen entre sus planes la convocatoria de la cita.

Aseguran estos cargos separatistas que hay que ser «conscientes del gran reto y oportunidad que supone la celebración del congreso de Junts». Apuntan a que se trata de «un cónclave desde el que podemos salir reforzados y empoderados como colectivo, dando voz a todos los afiliados». Algo que no ha sido siempre así, ya que Puigdemont -desde Bruselas- es quien siempre ha designado a las personas.

El crédito de Puigdemont

El crédito de Carles Puigdemont se va agotando también entre los suyos. Lejos queda aquel líder al que todos seguían a pies juntillas y aplaudían al unísono. Desde su retiro dorado de Waterloo (Bélgica), con 12.000 euros de sueldo como europarlamentario, ya no tiene la misma fortaleza que cuando era el inquilino del Palau de la Generalitat. Y eso ha provocado que, en su propio partido -que actúa de forma muy asamblearia-, ya tampoco le permitan lo de gestionar a base de dedazos y lealtades.

La encrucijada de Junts

Con dos años de vida, JxCAT está en medio de una encrucijada. Socio minoritario en el Govern, que preside Esquerra Republicana, los órdagos no le sirven a la hora de ecualizar la relación con sus socios. La amalgama de sensibilidades que hay dentro de la formación, además, con militantes que proceden de la derecha nacionalista catalana de toda la vida y otros de la izquierda más radical, impide que tengan una ideología clara. Y eso, en algunos debates, les lleva a momentos de mucha tensión. Como también, en los temas separatistas, en los debates en los que hay que bascular entre la radicalidad o el pragmatismo.

El poder municipal

Junts per Catalunya, anteriormente el PDeCAT y más allá Convergencia, siempre ha tenido su fortaleza en el poder municipal. En los ayuntamientos, los consejos comarcales y las diputaciones. La multitud de alcaldías y la movilización que lograban los ediles han sido claves para que desde Jordi Pujol hasta Quim Torra, pasando por Artur Mas y Puigdemont, pudieran ocupar la Presidencia de Cataluña. Y que todos los actos que protagonizaban en el territorio estuviesen llenos hasta la bandera. Ese mismo poder municipal que ha ido mutando de siglas en siglas, amenaza ahora con hacer caer a sus líderes.

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