España

El Gobierno de Sánchez blanquea al dictador Maduro y culpa a la delegación del PP por ir a Venezuela

  • Roberto Pérez
  • Periodista y licenciado en Ciencias Políticas. Especialista en sector público, economía política y presupuestaria, e instituciones político-administrativas. Trabajó para Agencia Efe y Cope, ejerció durante más de 20 años en ABC -etapa que incluyó el ejercicio temporal de la corresponsalía de Nueva York- y actualmente es subdirector de OKDIARIO.

El Gobierno de Pedro Sánchez no sólo no ha condenado sin matices que el régimen de Nicolás Maduro haya prohibido entrar en Venezuela a la delegación del PP que iba a participar como observadora de las elecciones del domingo, sino que, sin reproche alguno al dictador, ha culpado a los populares de haber ido a Venezuela.

Al menos esa ha sido la primera posición oficial expresada por el Ejecutivo socialcomunista de Sánchez tras conocerse, este viernes por la noche –hora española– que el régimen de Maduro había retenido a los diez diputados y senadores del PP que habían sido invitados por la oposición para participar como observadores. Los confinaron en el aeropuerto de Caracas nada más aterrizar, les impidieron utilizar sus dispositivos móviles para entorpecer que se comunicaran con el exterior y les comunicaron que tenían prohibida la entrada en Venezuela y que, por tanto, iban a ser expulsados.

Ante este hecho, el Gobierno de Sánchez optó a continuación por culpar al PP en vez de a la dictadura de Nicolás Maduro. La versión de Moncloa fue comunicada a través del Ministerio de Asuntos Exteriores y la difundió la agencia pública de noticias EFE.

Según esta versión oficial, el régimen de Maduro no había autorizado la visita de una delegación del Senado –parte de esta misión de los populares–, y a pesar de ello el PP decidió realizar el viaje. La postura de Moncloa, en vez de responsabilizar a Maduro por retener y expulsar a la delegación española que acudía de observadora por deseo de la candidatura de la oposición que concurre a los comicios, ha optado por centrar sus reproches contra el PP.

Dice Moncloa, a través de Exteriores, que tanto la Mesa del Senado como el Grupo Parlamentario Popular solicitaron poder acudir como misión de observación electoral a Venezuela, y el Ministerio no vio inconveniente alguno en ello. Sostiene que trasladó y realzó las gestiones ante las autoridades venezolanas, pero éstas denegaron la autorización y el Gobierno de Sánchez informó oficialmente de ello tanto al Senado como al Grupo Parlamentario Popular, «razón por la que todos los grupos políticos, excepto el PP, decidieron no realizar el viaje».

La posición de Moncloa ante la acción del régimen de Maduro contra esta delegación española que iba a vigilar la limpieza de las elecciones del domingo en Venezuela choca con la cascada de advertencias lanzadas en los últimos días desde diversos países, que han urgido al chavismo a no amañar los comicios, garantizar la participación de los opositores y respetar el resultado de las urnas. Existe una convicción general de que Maduro tratará de torcer el proceso para mantenerse en el poder.

Tras la retención y la orden de expulsión que les fue comunicada en el aeropuerto de Caracas a los miembros de la delegación del PP, el eurodiputado y vicepresidente del Parlamento Europeo, Esteban González Pons, ha denunciado que están convencidos de que Maduro prepara un «golpe de estado» ante los datos que apuntan a que los venezolanos votarán mayoritariamente para apartarlo del poder.

Esta representación de diputados y senadores del PP no ha sido la única delegación de estados democráticos a la que Maduro ha prohibido entrar en Venezuela para ser testigos activos de las elecciones. También ha impedido que llegara un avión con ex presidentes iberoamericanos que iban a actuar igualmente como observadores.