España

García-Castellón dedica el galardón del Colegio de Procuradores a su «maestro» Ramón Rodríguez Arribas

Emocionado recuerdo del juez de la Audiencia Nacional al magistrado que llegó a ser vicepresidente del Tribunal Constitucional

El juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón ha dedicado públicamente, este lunes, un emocionado recuerdo personal y profesional a Ramón Rodríguez Arribas, jurista de dilatada y reconocida trayectoria, magistrado que fue del Tribunal Supremo y vicepresidente del Tribunal Constitucional. Falleció hace siete meses, a finales de octubre de 2023. Tenía 89 años, 52 de ellos dedicados a la Justicia. García-Castellón ha presumido de haber sido discípulo suyo en la carrera judicial.

Al recoger este lunes la más alta distinción del Colegio de Procuradores de Madrid, el premio Balanza de Oro, el juez de la Audiencia Nacional se ha referido a Ramón Rodríguez Arribas como su «maestro», con unas sentidas palabras que han emocionado al millar de jueces, fiscales, profesionales del Derecho y representantes institucionales que han arropado a García-Castellón en este acto. En él, el magistrado ha aprovechado para hacer una férrea defensa del Estado de derecho y de la Constitución, en un momento en el que desde el poder se pone en la diana a los jueces que no instruyen o sentencian al gusto de los partidos del Ejecutivo o de sus socios.

Manuel García-Castellón ha querido que sus primeras palabras al recibir el galardón del Colegio de Procuradores hayan ido dirigidas precisamente en memoria de Ramón Rodríguez Arribas, firme y comprometido defensor de la Constitución y de España. Ha recordado de él la sabiduría jurídica que disfrutó de este «maestro», con quien –según ha destacado también– compartió experiencias como la etapa en la que ambos trabajaron en Israel conociendo de primera mano el funcionamiento del Poder Judicial del Estado hebreo.

Licenciado en Derecho en la Complutense de Madrid con un brillante expediente que le hizo ser distinguido de forma oficial, Ramón Rodríguez Arribas dio sus primeros pasos en la Judicatura al frente de juzgados de Primera Instancia e Instrucción de las provincias de Segovia y Toledo. Posteriormente ejerció como magistrado juez de Instrucción en Las Palmas, decano de los juzgados de Ciudad Real, magistrado juez de Primera Instancia en Madrid y, de ahí, pasó a presidir la Sección Cuarta de la Sala Tercera del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, donde intervino en más de 12.000 sentencias, en 1.600 de ellas como ponente.

Su trayectoria en la magistratura le hizo ser promocionado al Tribunal Supremo, a la Sala de lo Contencioso-Administrativo. Y fue elegido para el Tribunal Constitucional, donde ejerció como magistrado entre los años 2004 y 2013, los dos últimos en el puesto de vicepresidente. En el Tribunal Constitucional intervino en la deliberación y fallo de 2.691 sentencias, en 180 en calidad de ponente.

Manuel García-Castellón ha querido que estuviera presente el recuerdo a Ramón Rodríguez Arribas, este lunes, en el Colegio de Procuradores de Madrid, ante ese millar de asistentes entre los que abundaban destacados profesionales del Derecho. El multitudinario apoyo recibido por el juez de la Audiencia Nacional al recoger este galardón ha hecho todavía más sonado  el plante que le han dado varios ministros, que han rehusado acudir al acto en el que ha sido premiado este magistrado que, por su instrucción independiente sobre los casos de violencia desplegados en el marco del procés secesionista catalán, no es del agrado de los socios de Sánchez y, por extensión, de la coalición socialcomunista que ocupa actualmente el Gobierno.

Ajeno a las presiones políticas, García-Castellón ha defendido con vehemencia la primacía del imperio de la ley como cimiento esencial de la democracia, de las libertades y de la igualdad. Por ello, ha alertado contra los ataques que están recibiendo los jueces desde el Poder Ejecutivo y desde sus socios en el Poder Legislativo, y ha pedido que no se normalice esa ofensiva. «Como patriota español, veo síntomas preocupantes», ha afirmado García-Castellón entre los aplausos de los asistentes al solemne acto de entrega de la más alta distinción del Colegio de Procuradores de Madrid, que le ha galardonado así en reconocimiento a sus 46 años como juez, 30 de ellos en la Audiencia Nacional.