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Gabinete de crisis en Moncloa por la rebelión agrícola: Sánchez teme unos ‘chalecos amarillos’ del campo

El presidente ordena a todos los ministerios "calmar los ánimos" para que el fenómeno francés no se traslade a nuestro país.

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Joan Guirado

Orden clara y concisa del presidente Pedro Sánchez a sus ministros: «Calmar los ánimos de los agricultores» para que sus protestas no vayan a más. El objetivo es claro: evitar que el fenómeno de los ‘chalecos amarillos’ se acabe trasladando a España. Por ese motivo, este viernes el presidente ha reunido a su núcleo duro en La Moncloa para analizar el desarrollo de las movilizaciones y diseñar la estrategia gubernamental para resolver el conflicto. Un encuentro en el que también se ha analizado el fallo de Estrasburgo sobre las devoluciones de inmigrantes ilegales en caliente.

La principal preocupación del jefe del Ejecutivo, a día de hoy, es que los agricultores radicalicen sus protestas hasta límites que pongan al Gobierno en una situación incómoda. En este sentido, explican fuentes cercanas al presidente, una de las cuestiones que más se trabaja es la respuesta policial que hay que dar a estas protestas. El objetivo es evitar que las movilizaciones se alarguen y se conviertan cada día en más lesivas.

Sánchez ha ordenado un gran despliegue por parte de su gabinete con agricultores y sindicatos. El titular de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, es el ministro que carga con más responsabilidad para apaciguar las protestas que, este viernes, han provocado importantes afectaciones de tráfico en carreteras de Andalucía o en ciudades como Valencia o Lérida.

De momento Moncloa celebra que «están siendo pacíficos» pero temen que si sus demandas no son atendidas de forma inminente «se puedan radicalizar». Y ahí es donde entra el miedo a Sánchez, que no quiere pasar por el mismo trance que Emmanuel Macron en Francia.

Planas mantiene desde el inicio de las protestas contactos con todos los agentes vinculados a la problemática. Además del responsable del área, este viernes el vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, también han activado sus respectivos ministerios tras la alarma de Sánchez. Iglesias y Díaz se han reunido con los sindicatos de agricultores a quienes han prometido rebajar de 35 a 20 las peonadas para gozar de prestaciones sociales.

Durante los primeros días de las protestas, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, envió un importante contingente de antidisturbios para cargar contra las protestas de los agricultores. Su papel en el ‘gabinete de crisis’ del presidente es fundamental. El Gobierno quiere evitar las imágenes de aquellos días y, pese a que aumente la tensión, los agentes tienen órdenes expresas de no actuar con contundencia.

De esta forma el campo, un votante potencialmente progresista, se convierte en la primera patata caliente del Gobierno socialcomunista. De su gestión dependerá que las protestas se calmen o se intensifiquen.

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