Investidura Pedro Sánchez

La expulsión silenciosa de la Guardia Civil en Navarra: apartada también de emergencias y rescates

Guardia Civil
Dos agentes de la Guardia Civil.
Pelayo Barro

La presencia de la Guardia Civil en Navarra está más en entredicho que nunca. El pacto de Pedro Sánchez con el PNV para ser investido presidente va acompañado de la cesión de las competencias de Tráfico a la Policía Foral. Pero la realidad es que la labor de los guardias civiles en Navarra viene siendo «torpedeada» de forma constante y paulatina en los últimos años: ya no se les avisa para rescates en montaña y apenas les movilizan para emergencias.

En el plazo de seis meses, las competencias sobre Tráfico pasarán a estar exclusivamente en manos de la Policía Foral. La primera de las competencias que serán arrebatadas a la Guardia Civil en la región. El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha asegurado este jueves, tras la polémica suscitada, que no habrá salida de ningún agente de Navarra, pero los propios agentes le desmienten. De hecho, explican, la situación es más grave aún  y el ‘hachazo’ competencial es mucho mayor. Una auténtica «expulsión silenciosa» marcada por una marginación a nivel político.

Lo explican perfectamente a OKDIARIO agentes de la Guardia Civil destinados en Navarra. Su papel en la Comunidad Foral ha ido perdiendo capacidades desde que Uxue Barkos llegó a la presidencia en 2015. Comenzando por el servicio de Emergencias 112.

No les avisan

Según explican, el Centro de Mando y Control de la Policía Foral ya cuenta en sus dependencias con la plataforma informática con la que trabajan los operadores del 112 Navarra. Policía y Guardia Civil no. En la práctica esto supone que es la Policía Foral quien deriva las actuaciones policiales. Lo habitual, explican, es que se hagan cargo de todas a excepción de aquellas situaciones a las que no puedan hacer frente. Sólo en ese caso, dicen, la Policía Foral avisa al 112 para que estos den parte y movilicen a la Guardia Civil.

Esta circunstancia tiene un doble efecto: deja de brazos cruzados a la Guardia Civil y hace que empeore la percepción sobre el trabajo de los agentes en Navarra. Los trámites necesarios para activar a la Guardia Civil provocan una demora por cuestiones burocráticas -como no ocurre con la Policía Foral- y provoca que lleguen con retraso al lugar de los hechos. Esto fue, explican, ocurrió durante las inundaciones de Tafalla ocurridas el pasado mes de julio.

Rescate en montaña

El de las emergencias del 112 no es el único campo en el que la Guardia Civil está encontrando problemas para desarrollar su trabajo. También ocurre con las misiones de rescate en montaña.

La Guardia Civil dispone del cuerpo más especializado y con mayor experiencia en este campo, el denominado Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM). Desde el pasado mes de mayo, esta unidad ha quedado relevada por la aparición del Grupo de Rescate Táctico de los Bomberos de Navarra. Desde entonces, denuncian, ya no reciben peticiones de activación por parte del 112 ya que todas estas «van para los bomberos».

Lo mismo comienza a ocurrir con los agentes del Seprona, encargados de la vigilancia medioambiental, que han ido paulatinamente perdiendo su margen operativo en favor de la Brigada de Protección del Medio Ambiente de la Policía Foral.

Asociaciones de la Guardia Civil, como Aprogc, llevan varios años denunciando este tipo de situaciones, tras las que ven un intento claro de expulsarles de la Comunidad Foral. Consideran que el primer paso del plan quedó sellado el pasado lunes con el acuerdo firmado por Pedro Sánchez y Andoni Ortuzar, presidente del PNV.

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