España

ETA ordenó en 2002 al sanguinario ‘complejo Donosti’ no atentar contra Odón Elorza

Odón Elorza clama y declama hoy desde la tribuna del Congreso contra los franquistas que él dice que hay en la Cámara Baja y ataca a la oposición por el pacto presupuestario con Bildu. Una formación que defiende actos de homenajes a unos etarras que Elorza dice que ya no existen. Pero, en el ayer de 2002, ETA lo salvó de su punto de mira. La cúpula etarra ordenó al sanguinario complejo Donosti que atentara contra cargos de PP y PSOE; pero le dejó claro que el entonces alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, no era objetivo etarra, como tampoco lo eran los cargos y miembros del PNV.

En el pasado de Elorza hay muchas historias. Su paso por el Ayuntamiento de San Sebastián fue muy negro durante parte de los años del plomo. Tal como recordó él desde la tribuna parlamentaria, vivió de cerca varios atentados, eso es innegable. Pero se le ha olvidado decir que él también fue señalado por ETA, pero para no ser objetivo de la banda.

Fue en marzo de 2002. Las pesquisas de las unidades policiales antiterroristas acabaron con la detención de dos etarras tras sus investigaciones. Eran liberados (a sueldo) de un comando desarticulado integrado en el complejo Donosti, una de las agrupaciones más sangrientas de la banda con numerosos satélites (comando Zuzen, comando Anuk y comando Piperrak, entre otros) con los que logró eludir muchas operaciones policiales y detenciones. A él pertenecieron conocidos etarras como El carnicero de Mondragón o Txapote, el asesino de Miguel Ángel Blanco.

Tras la detención de Unai Bilbao Solaeche e Ignacio Javier Bilbao Goicoechea, las investigaciones fruto de los interrogatorios revelaron que la dirección de ETA había dado instrucciones al complejo Donosti para llevar a cabo atentados contra cualquier militante del PP y del PSOE, excepto el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, y de miembros y cargos del PNV.

Fuentes de la investigación citadas entonces por Vasco Press, revelaron que un dirigente etarra ordenó a los dos pistoleros citados qué tenían que hacer tras cruzar la frontera para instalarse en San Sebastián. En concreto, les especificó que la orden era atentar contra cualquier militante del PP o del PSE, con la salvedad del alcalde de San Sebastián. También quedaban excluidos los miembros del PNV.

Coincidía esta orden con unos hechos que habían tenido lugar pocos días antes: el alcalde donostiarra había roto el pacto de Gobierno municipal que tenía suscrito con el PP.

La noticia del perdón etarra no le gustó a Odón Elorza. Lógico. Acusó al PP de filtrarla. En concreto, culpó al Ministerio del Interior, entonces en manos de Mariano Rajoy, de que saliera la luz. «Es una vergüenza -dijo entonces- que el PP saque informaciones con el objetivo de desacreditar y por razones electorales». Tres días antes se había producido la ruptura del pacto de gobierno en el Ayuntamiento de San Sebastián.

Tras la ruptura del pacto, desde varios sectores cuestionaron la forma de actuar de Odón Elorza frente a Batasuna. Sobre todo, después de que el PP le acusara, el mismo día de la ruptura del pacto de gobierno, de «contar» con Batasuna. Fue en un durísimo pleno municipal, en el que el alcalde socialista se negó a apoyar una enmienda del PP para excluir a dos miembros de la coalición proetarra de una nueva sociedad municipal de la vivienda.