Quiere renovar la cúpula de Podemos en Cataluña

Los estatutos impiden a Iglesias cargarse a Dante Fachin con un revocatorio a la bolivariana

Pablo Iglesias con Albano-Dante Fachin.
Pablo Iglesias con Albano-Dante Fachin.

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, no confía en el líder de la formación morada en Cataluña, Albano Dante Fachin. Ya no es sorpresa que quiera ‘moverle la silla’ pidiendo una asamblea extraordinaria con la excusa de renovar la dirección.

Ante la negativa del propio Fachin, los cercanos a Iglesias buscaron un plan b consistente en celebrar una consulta revocatoria, como llaman en Podemos al más puro estilo bolivariano, para deshacerse del secretario general en Cataluña con el apoyo del 20% de inscritos o un 25% de los círculos validados.

Pero la estrategia no es el fuerte del líder de Podemos. Sus propios estatutos contradicen esta maniobra al indicar que «las consultas revocatorias sólo podrán convocarse una vez transcurrido la mitad del mandato del cargo sobre el que se instruye el procedimiento revocatorio». Fachin no cumpliría este apartado porque accedió al cargo recientemente, el 26 de julio de 2016.

Podemos
Estatutos de Podemos.

Una maniobra fallida que podría poner en peligro hasta a la propia formación en Cataluña si deciden, finalmente, ir en solitario en los próximos comicios autonómicos. El clásico ‘Arte de la guerra’ señala que «nunca se debe atacar por cólera y con prisas. Es aconsejable tomarse tiempo en la planificación y coordinación del plan».

Zweig dice que Fouché consiguió adquirir la disciplina del autodominio férreo para, entre otras cosas, no revelar nunca los sentimientos personales y ocultar la vida privada. En este caso, a Iglesias todavía le queda mucho por aprender. Sus desencuentros con Dante Fachin están a la orden del día en la formación y en el resto de grupos en el Parlament. También es sabido su preferencia por Xavier Domènech como valido de la formación en Cataluña.

De ahí, que viera con malos ojos la no entrada (oficial) en ‘los Comunes’ y que siga implorando concurrir juntos en los próximos comicios. Sabe que Colau es la cara que mueve el voto en Cataluña y transmite a sus más cercanos que concurriendo en solitario quedarían en mal lugar. A ello se suma el trasvase de dirigentes y caras conocidas hacia el partido de Colau después de que la formación de Fachin se desmarcase de éstos y además decidiese participar en el referéndum del 1-0. Dos posicionamientos que en la dirección federal no comparten.

Por eso, Iglesias se reunió con el líder catalán para que fije una asamblea ciudadana y ratificar ambos temas. Otra consulta para preguntar lo mismo a las bases. Groucho estaría encantado. Podemos busca aplicar aquello de «tengo mis principios, pero si no te gustan tengo otros» para que, de una vez por todas, las bases acepten coordinarse con el partido de Colau y no participar de manera activa en el referéndum. No sea que el desafío independentista pase la correspondiente factura electoral como al PDeCAT.

Consultas ‘bis’ para adecuar el resultado

En primer lugar, se convocará una consulta para los días 7, 8, 9, 10 y 11 de septiembre sobre el posicionamiento del partido ante el 1-O en que se deberá ratificar o no la postura surgida de los debates territoriales.
Después abordarán la posibilidad de encontrar mecanismos de trabajo conjunto con la formación de Colau incluida la opción de concurrir conjuntamente en futuros procesos electorales, en una consulta que se celebrará a partir de la segunda quincena de octubre y cuya pregunta se decidirá en otro consejo.

Hasta 27 círculos críticos con Fachin y cercanos a Iglesias exigen al secretario general de Podemos en Cataluña que «las consultas se hagan en una misma convocatoria» antes del 1 de octubre, acordando la fecha de la convocatoria y las preguntas con los círculos impulsores. Constituidos como Asamblea Ciudadana Permanente al haber conseguido los avales, estos círculos han acordado preguntas con respuestas a escoger para los asuntos: ‘¿Piensas que Podemos en Cataluña tiene que participar activamente en el 1-O?’ ‘Sí’, ‘No’, ‘Abstención’.

Sobre la formación de Colau preguntan: ‘¿Cómo quieres que Podemos en Cataluña se presente a las próximas elecciones al Parlament?’, y da dos alternativas. La primera es presentarse en solitario y la segunda: ‘Presentarnos conjuntamente, incorporando el nombre ‘Podem’ y sin disolución. Para eso será necesario retomar inmediatamente el diálogo y los espacios de coordinación. El acuerdo resultante de ese diálogo deberá ser sometido a la aprobación de la Asamblea Ciudadana de Podemos en Cataluña para su ratificación’.

Iglesias no ha fallado en esta estrategia y si no puede echar a Fachin por estatutos, lo avasallará a través de consultas o, si se niega, tildándole de poco demócrata. Así es cómo funcionan las normas que las bases de Podemos aceptan para que todo el control recaiga en la dirección estatal. La ‘nueva’ política de Iglesias también cae en la inexperiencia evidenciando «el que se mueva no sale en la foto» de Guerra.

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