Ésta es la aplastante diferencia entre el inglés de Yolanda Díaz y el de Espinosa de los Monteros
Pese al dicho tan manido de «todos los políticos son iguales», lo que parece evidente es que en manejo de idiomas eso no se ajusta a la realidad. Igual que en preparación, cultura, sentido común o manejo del léxico. Es algo demostrable. El inglés es la lengua más usada en el ámbito de las relaciones internacionales, tanto de negocios como de política, y a la hora de desenvolverse en este idioma, las aptitudes de toda una vicepresidenta segunda de Gobierno como Yolanda Díaz palidecen ante el que fue portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros.
El ex vicesecretario de Relaciones Internacionales de Vox tiene una sólida formación y eso se notaba cuando tenía que dar la cara ante la prensa de más allá de nuestras frontera, a diferencia de otros políticos con una educación paupérrima en inglés, como la propia Yolanda Díaz, Adriana Lastra, que llegó a ser vicesecretaria general del PSOE, o Irene Montero, que en 2022 gastó casi 4.000 euros en traductores en un viaje a Nueva York con las amigas del ministerio.
Hasta su muerte, Manuel Fraga era el político español con mayor número de idiomas en su haber, 7: francés, inglés, italiano, alemán, portugués, gallego y euskera. Otro casos destacable es Esperanza Aguirre: inglés, francés e italiano.
Plurinacional
Sumar Galicia ya reivindicó que la propuesta realizada por la formación a través de Yolanda Díaz el pasado 2 de agosto fue «clave» y «se transformó en un acuerdo que permite construir la mayoría progresista y plurinacional en la Mesa de la Cámara».
La diputada de Sumar por Pontevedra, Verónica Martínez Barbero, reconoció que Díaz propuso un cambio en el reglamento del Congreso para que se puedan utilizar también el gallego, el euskera y el catalán, una iniciativa que responde «a un estilo de hacer política mediante acuerdos con los que se visualice» que se vive «en un país y en una sociedad plurales».
Díaz quiere promover el uso de traductores en un país que ya tiene una lengua común, tal y como indica el artículo 3 de la Constitución, a pesar de que ella rechaza los traductores en inglés, lengua que desconoce, y cuya negativa a usar pinganillo le lleva a protagonizar sonados incidentes.