El Ejército detecta a afganos que nunca han trabajado con España entre los refugiados evacuados

El caos de los últimos días en Kabul propició que algunos ciudadanos pagaran para hacerse pasar por familiares de colaboradores

Los afganos colapsan el aeropuerto de Kabul a pesar de la matanza y del riesgo de más atentados

España pone fin a la misión en Kabul con un total de 2.206 personas evacuadas de Afganistán

UE Kabul
Militares españoles en el aeropuerto de Kabul.

Desde el momento en el que Estados Unidos anunció la retirada de las tropas de la coalición de Afganistán, los servicios de Inteligencia occidentales se pusieron manos a la obra para tratar de cribar a todos y cada uno de los refugiados afganos que les iban a solicitar abandonar el país tras el regreso de los talibanes. El CNI y la Inteligencia Militar hicieron lo propio y fruto de ese trabajo han detectado a ciudadanos afganos que nunca han tenido relación profesional con España y que ni siquiera están emparentados con quienes sí la han tenido.

Esa detección se ha hecho ya en territorio español, donde el análisis de los perfiles de los refugiados afganos se ha podido realizar con más pausa que en el aeropuerto de Kabul. Allí los objetivos prioritarios eran salvar vidas y mantener a salvo tanto la plaza del aeródromo como los que allí se encontraban. Detectar a personas armadas o presuntos terroristas era fundamental desde el pasado día 13 y tras los atentados del jueves queda claro que el riesgo de que un terrorista tratara de embarcar en los aviones de la coalición era algo muy cierto.

Así que mientras los militares españoles repelían intentos de asalto a las instalaciones del aeropuerto realizando disparos disuasorios a los muros que trataban de saltar, el CNI rastreaba los nombres de colaboradores y familiares y los militares de cada país sometían a cacheos individuales a todos y cada uno de los afganos antes de subir a sus aviones.

Ya en cada país se ha sometido a esos refugiados afganos a un análisis más pormenorizado de su identidad, procedencia y labores de colaboración o parentesco con colaboradores, y ahí es cuando España ha detectado a personas que no deberían haber podido subir a esos aviones, aunque su llegada no ha supuesto ningún riesgo para nuestro país. La información a la que ha tenido acceso OKDIARIO es que en el tumulto del exterior del aeropuerto de Kabul varias personas han pagado dinero a colaboradores afganos del Ejército español para que dijeran que eran familiares y así poder entrar en el aeropuerto. La confusión. De la evacuación y la necesidad de prestar ayuda humanitaria a cuantas más personas mejor hizo el resto.

Decenas de personas identificadas

Sin especificar la cifra estas fuentes hablan de “decenas de personas” las que no han podido acreditar parentesco alguno con los colaboradores de nuestro país. Y si bien en su mayoría no suponen a priori ningún riesgo para la seguridad nacional, hay un grupo de varones adultos sin acompañantes a los que se les mantiene estrechamente vigilados hasta completar todas las comprobaciones.

Estas mismas fuentes aseguran que el margen de error trató de minimizarse dando la fecha del 31 de agosto como el límite para la evacuación del país, aunque esa fecha nunca fue del todo fiable sí que sirvió para apaciguar el caos de los primeros días y dar la sensación de que el calendario era algo más amplio de lo que realmente se temían los Gobiernos occidentales. Las fuentes militares consultadas por este diario siempre asumieron que el plazo sería más corto y el temor era que se acelerara por un acto hostil.

Lamentablemente el presagio se hizo realidad anoche con la sucesión de explosiones que dejó más de un centenar de muertos, entre ellos militares estadounidenses. Los servicios de Inteligencia no tenían duda de que los atentados iban a llegar y sólo dudaban de cuándo y dónde, así que lo principal era convertir el aeropuerto en inaccesible para cualquier terrorista.

Gran parte del mérito de que se haya llegado tan lejos en las evacuaciones la tienen las fuerzas especiales de cada país, pero mención especial merece el RAID francés, quienes con sus vehículos han facilitado que el resto de los países, entre ellos España con los GEO y miembros de la UIP, hayan podido transitar por corredores seguros para detectar a los refugiados afganos cuando la Embajada conseguía citarlos en las puertas del aeropuerto.

Ahora esos policías españoles que decidieron quedarse con la delegación diplomática española desde el día 13 de agosto hasta que tuvieran que salir del país por su propia seguridad ya están en España. Para ellos sus compañeros piden ya el máximo reconocimiento policial. La Confederación Española de Policía lo resume así: “Aunque nada piden por ello, el riesgo para las vidas y el alto valor de la misión que desarrollan los compañeros en Kabul, protegiendo a diplomáticos y ciudadanos en pleno caos por el colapso del país, merece una cruz al mérito policial de máxima relevancia”. El Sindicato Unificado de la Policía y otras asociaciones se suman a esa petición.

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