Mandos territoriales de los Mossos se reúnen en un refugio de montaña preocupados por su futuro

El refugio del Pic del Aliga en el Valle de Núria, en Queralbs (Gerona), un lugar de difícil acceso a más de 2.000 metros de altura al que sólo se puede acceder en tren cremallera, ha sido el lugar elegido por los jefes territoriales de los Mossos d’Escuadra, pertenecientes a la Comisaría Superior de Organización Territorial para reunirse discretamente y alejados del ruido mediático, para analizar la situación del cuerpo tras el nombramiento del nuevo consejero de Interior y la renuncia de su jefe, Ferran López. A los Mossos les preocupa el futuro del cuerpo, pero sobretodo quién va a comandarlo y las vinculaciones políticas que pueda tener.

Los agentes, durante el encuentro, han analizado los temas más candentes que tienen a día de hoy, con el fin de exponerlos en la primera reunión que celebren con los nuevos responsables de la consejería de Interior, comandada por Miquel Buch, con Andreu Joan Martínez al frente de la dirección general de la policía autonómica. Los agentes del cuerpo están preocupados por la imagen y la autoridad del cuerpo, tras unos meses convulsos con el proceso independentista y tras la aplicación del artículo 155. Los jefes territoriales del cuerpo, los responsables de dirigir los distintos operativos en todos los puntos de Cataluña, rechazan recibir injerencias políticas en esta nueva etapa de la policía catalana.

Una de las preocupaciones de los agentes de los Mossos a día de hoy es recuperar el prestigio que han perdido en los últimos meses y la confianza entre la ciudadanía, tanto entre los independentistas como entre los constitucionalistas, con el fin de que se les vea como la policía integral de todos los catalanes, cuenta una persona presente en el encuentro de Núria. Tras las adversidades y dificultades de los últimos meses, quieren restar poder a la toma de decisiones desde la sede central para incidir más desde el territorio.

Otro de los agentes presentes en el encuentro advierte que la consejería de Interior debe hacer cambios profundos en la estructura y organización de los Mossos, ya que se necesita volver a animar a muchos agentes “desanimados”.