España

Caras largas de los históricos frente a la euforia de los pedristas en el ‘congreso de la unidad’

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Había consigna de máxima unidad y cero polémicas, pero el congreso que confirmará a Pedro Sánchez de nuevo como Secretario General del PSOE ha dejado, en su primera jornada, la imagen de un partido aún descompuesto. Los saludos, conversaciones y gestos, muy fríos, avanzan la fotografía de un socialismo que necesitará tiempo para enfilar la senda de la normalización.

La lista de asistentes ha sido amplia, sobre todo, en lo referido a la ‘vieja guardia’, alienada en campaña con Susana Díaz. Pero las ausencias han sido destacadas. Felipe González, de viaje en Colombia como verificador del proceso de paz, se ha disculpado en un vídeo, tan breve-apenas un minuto- y distante que dejó una sensación enrarecida en el plenario. González se dirigió a la nueva Ejecutiva, y también, expresamente, al nuevo secretario general, a quienes pidió que devolviesen al PSOE el «carácter» de «primera fuerza». «España nos necesita y también la socialdemocracia europea», concluyó el exdirigente socialista.

En primera fila, José Luis Rodríguez Zapatero y el ex vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba, apenas cruzaron palabra con Sánchez, pese a situarse en los asientos contiguos. Antes, incluso, habían accedido al Palacio de Congresos por la puerta de atrás.

Consigna de unidad

La consigna ante este cónclave ha sido, en cambio, de máxima unidad, y tanto desde el equipo de Pedro Sánchez, como de Susana Díaz, se había dado en estas semanas una orden de cierre de filas.

«Me he propuesto que este Congreso sea donde no nos enzarcemos a la primera de cambio ni haya mal rollo», resumió a su llegada el presidente  de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. 

La propia Susana Díaz mostró su apoyo a la nueva dirección y aseguró suscribir «íntegramente» la intervención del portavoz en el Congreso, José Luis Ábalos, en relación a los próximos pasos del PSOE y la posibilidad de una moción de censura.

El clima entre uno y otro ‘bando’ dista aún de la reconciliación. Una prueba visible es la escasísima integración en la Ejecutiva. De los nombres conocidos, no hay caras visibles del ‘susanismo’ y las intenciones de incluir a afines a Díaz son mínimas.

A su llegada, la presidenta de la Junta despejó cualquier reproche en este tema asegurando que Sánchez «se querrá rodear de los mejores» y que la nueva dirección le parecerá bien. Pero, en cualquier caso, la desconfianza mutua existe. Díaz ha adelantado su congreso regional para blindarse en la Junta de Andalucía y evitar al máximo las injerencias de Sánchez.

Sí existe, sin embargo, intención de respetar las ‘cuotas territoriales’ de los miembros que formarán parte del nuevo Comité Federal. Y, en este sentido, la federación andaluza mantendrá su “cuota de poder” en este órgano de decisión. Es decir unos 18 miembros que será elegidos a través del ‘cónclave regional andaluz’.

Debate territorial

También se esperan debates en algunos asuntos relevantes, y en especial, en el planteamiento territorial.

Como avanza OKDIARIO, Sánchez no piensa renunciar al concepto de ‘Estado plurinacional’, que incluyó ya en el primer borrador de su proyecto político, ‘Por una nueva socialdemocracia’, y que levantó las críticas de los barones.

Las posturas siguen cruzadas. En sus primeras declaraciones en el cónclave, Díaz advirtió de que «la soberanía nacional reside en todos los españoles” y que ella “solo suscribe el artículo 2 de la Constitución”.

Antes, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, habló en cambio de la «diversidad de sentimientos nacionales» y apostó por que el cónclave dé un «mensaje claro» a los catalanes de la voluntad de aportar una solución al «problema» en Cataluña, reconociendo la plurinacionalidad.

«Creo que la idea de nación tiene que ver con un sentimiento, hemos que encontrar la manera de que los diversos sentimientos nacionales de España se encuentren recogidos por la Constitución, encontraremos la fórmula más adecuada para hacerlo, pero lo importante no es eso», consideró Iceta.