España
OKENTREVISTA

Calvet, la ‘zoomer’ catalana de Vox: «La política de fronteras abiertas es un ataque frontal a la mujer»

Júlia Calvet es la portavoz de Juventud de Vox y la mujer más joven de la historia del parlamento de Cataluña

Vea la entrevista completa aquí

Júlia Calvet (Barcelona, 2001) representa la generación zoomer de Vox, los nativos digitales nacidos entre la última década de 1990 y los 2010. Con sólo 23 años, Calvet es la mujer diputada más joven de la historia del Parlamento de Cataluña. Para ella no hay mayor ataque contra la mujer «que las políticas de fronteras abiertas».

La barcelonesa –portavoz de Juventud en la formación de Santiago Abascal– es un ejemplo del giro que se está experimentado en España y especialmente Cataluña en el electorado más joven, que opta por formaciones como Vox o Aliança Catalana, que enfrentan de manera clara el problema de la inmigración y la inseguridad, según refleja en su último sondeo el Centro de Estudios de Opinón (CEO) de Cataluña.

OKDIARIO entrevista a Calvet, uno de los rostros más visibles españoles contra la dictadura de la cancelación. Bregada en la lucha universitaria por la defensa de la unidad España cuando era estudiante de Derecho en la Universidad Pompeu Fabra, su activismo le llevó a ponerse al frente de S’Ha Acabat! hasta que Vox la fichó para sumarse a la lista encabezada por Ignacio Garriga, secretario de la formación en las últimas elecciones autonómicas de 2024.

Calvet: «Hay que darle la vuelta a todo»

PREGUNTA.– Julia Calvet, es la mujer catalana más joven que ha entrado al Parlamento de la Generalitat, con solo 24 años. Pura generación zeta

RESPUESTA.– Sí. Estamos ahí dando caña, haciendo política de calle, donde tenemos que estar hablando con los vecinos, que lo están pasando realmente mal, para trasladar sus quejas a las instituciones. El cambio del calcetín que siempre decimos, darle la vuelta absolutamente a todo.

P.– Representa una generación de jóvenes catalanes que ha roto los esquemas del independentismo, harta de la dictadura de la cancelación.

R.– Así es. Era una época muy convulsa en Barcelona, ardían nuestras calles. Yo venía de un instituto donde prácticamente todo el mundo era de la CUP.

En la universidad, conocí a un grupo de chicos que defendía el patriotismo, y me digo ¿hay gente que piensa como yo y no soy el bicho raro? Entré en esta asociación patriota [S’Ha Acabat!] y empezamos a hacer actos en las universidades, sufriendo la cancelación, amenazas. Antes pasaba con Pere Aragonés y hoy sigue pasando con el PSOE, aunque digan que existe normalidad en Cataluña.

Calvet y la mujer en Vox

P.– La izquierda abandera el feminismo, pero ha sido una diputada de Vox quien ha hecho historia como la mujer más joven del Parlamento. Además, es la portavoz de Juventud del partido. ¿Cómo afronta este desafío?

R.– Con mucha humildad, con los pies en el suelo y, sobre todo, con responsabilidad. Lo estamos pasando realmente mal, ya no hace falta irse muy lejos. Los jóvenes no podemos formar una familia, acceder a una vivienda, que eran cosas que habían hecho nuestros padres y nuestros abuelos.

Las políticas bipartidistas nos han llevado a que no podamos tener un
proyecto familiar personal. Estamos rompiendo los mantras
que nos ha metido en la cabeza la izquierda, que controla los medios de
comunicación, las universidades y que se han cargado de colectivizar a las mujeres hasta el punto de decirnos que no puedes ser mujer y estar en Vox.

Cada vez soy consciente de que cada vez somos más las mujeres que apoyamos a Vox. Las políticas abiertas son un ataque frontal a la mujer. Vox es la única formación política que nos defiende frente a islamismo radical y propone esas medidas que realmente evitarían todo lo que está pasando, sobre todo, en delitos sexuales. Si el delincuente es nacional, cadena perpetua. ¿Pero qué pasa si el delincuente es extranjero? Billete de vuelta.

P.– En las intervenciones habla en catalán. Me imagino que eso escuece mucho al independentismo.

R.– Claro, pero es que precisamente ésa es la riqueza, la riqueza de España, siempre la unión de todos los pueblos bajo la misma nación. Que yo hable catalán debería ser normal. Sí, escuece mucho al separatismo.

P.– ¿Qué es lo último más fuerte que le ha dicho o hecho por su posición política?

R.– En la Universidad de Barcelona. Se celebraba un acto sobre la leyenda negra, donde se tocaban varios temas. Entramos allí y nos encontramos a una turba de energúmenos tapados, con pancartas, gritos. Al principio no había ningún tipo de seguridad. Después tuvieron que entrar los Mossos d’Esquadra, hicieron un cordón policial y tuvimos que estar ahí, dando la cara, con empujones, con amenazas, con agresiones. Esto es el día a día.

Pero por mucho que digan, ya nadie les cree y por eso les vota menos gente, porque ya no les cree absolutamente nadie, después de tantas mentiras durante estos últimos 50 años.

P.– Habla de inmigración. ¿Quién pisa los talones a quién en Cataluña? ¿Vox o Aliança Catalana?

R.- Que haya partidos políticos que digan lo que hay en la calle siempre es positivo. Ahora bien, eso no quiere decir que tapemos un hecho: Aliança Catalana es separatista, y su formación dice que hay que echar tanto al islamismo como a todas las otras personas de fuera de Cataluña, que son españolas. Hay que recalcarlo.

P.– ¿Cómo ve la situación en España y qué es lo qué es lo que más le dice la gente joven en Cataluña?

R.– Cuando voy con Ignacio Garriga, ya no sólo los jóvenes, sino los niños tienen mucha esperanza. No les podemos defraudar. Tenemos que estar ahí, por todas las generaciones que vendrán. Sin futuro nos cargamos la nación

P.– Emerge como una líder de la sociedad civil constitucionalista, siendo su familia independentista. ¿Este contraste entre generaciones familiares es frecuente?

R.– En Cataluña, las generaciones jóvenes vivíamos la ideología en todos los ámbitos pero, sobre todo, en educación. No solamente del separatismo. La chavalería ahora se puede informar más allá de los medios tradicionales, lo que ha hecho que sea consciente y sepa cuál es la verdad y la bandera. Ahí está la revolución y ese apoyo fundamental a Vox.