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Barbón a un hostelero que pide ayudas: «Yo no debería estar en Asturias, sino en Madrid con Adriana Lastra»

El empresario hostelero Patricio Sánchez, conocido como Titi, lleva 700 horas protestando ante la sede del Parlamento de Asturias para exigir ayudas que eviten la ruina del sector, ante las constantes restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus.

Cada día pasa 12 horas ante el edificio de la Junta General, convertido en un «hombre anuncio» rodeado de carteles que denuncian el abandono que sufre el sector: «He pasado aquí el temporal Dana y la borrasca Filomena. Siempre solo, aunque el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, ha sido muy comprensivo y me ha traído café varias veces».

«Empecé a trabajar con 14 años, ahora tengo 55 y estoy a punto de perder todo mi patrimonio», explica Titi en declaraciones a OKDIARIO, «llevo un año sin poder llevar ni un euro a casa, mientras todos los meses tengo que poner dinero para mantener el negocio».

Titi regenta dos restaurantes en el municipio de Siero (Asturias): El Meson de Nozana, que fundó su padre y en el que empezó a trabajar como ayudante a los 14 años, y El Llagar de Titi. Si finalmente se ve obligado a cerrar ambos negocios, 20 familias se quedarán sin empleo.

El empresario hostelero Titi, durante su protesta ante la Junta General de Asturias.

«Ya en los años 90, fuimos el primer restaurante de Asturias que ofreció carta en braille para ciegos y carta para celíacos, el primero con baños adaptados y columpio adaptado para minusválidos, aquí estuvo el fiscal Eduardo Fungairiño», explica el empresario, «luego pusimos guardería para las mascotas, club de fumadores, tres puntos de carga para coches eléctricos… ¿Tengo que tirar todo esto por la borda?», se lamenta.

Titi («sólo mi madre me llamaba Patricio, cuando estaba viva y se enfadada conmigo», aclara) consiguió intervenir en una sesión del Parlamento autonómico, la Junta General, para exponer los problemas de la hostelería por invitación de Vox: «Es el único partido que se ha preocupado por mi situación, los demás lo justo para hacerse una foto», comenta, «ni los sindicatos ni la Asociación de Hostelería de Asturias han levantado la voz, como están subvencionados son estómagos agradecidos».

Tras enviar numerosos mensajes a su teléfono personal, también consiguió que el presidente de Asturias, Adrián Barbón, le recibiera en su despacho durante una hora. En este encuentro, Barbón no ocultó que la política autonómica le mata de aburrimiento y que su verdadera ilusión es hacer política nacional en Madrid.

«Barbón me recibió, porque le obligaron desde Madrid», dice Titi, «le expliqué todos los problemas que hemos sufrido las empresas de hostelería durante el año de pandemia y me respondió diciendo que él ni siquiera debería estar en Asturias, que debería estar en Madrid con Adriana Lastra. Lo dijo delante de su jefe de gabinete, que estaba allí como testigo».

El alcalde de Siero (Asturias), Ángel García González (segundo por la derecha), con el presidente de Asturias, Adrián Barbón, y la portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Adriana Lastra.

Debido a las restricciones contra el Covid, Titi no puede atender a los clientes en la barra y sólo puede ocupar el 30% del aforo de sus restaurantes. También puede atender a los clientes en la terraza exterior, aunque el clima de Asturias hace poco viable esta solución durante el invierno. La nueva normativa que impulsa el Ministerio de Sanidad, que obligará a cerrar el interior de los locales si la incidencia acumulada a 14 días supera los 150 casos, daría la puntilla a su negocio.

Desde hace ocho días, Siero es además el único municipio de Asturias con cierre perimetral por el Covid. «Esperaba que el puente de San José y la Semana Santa nos dieran un respiro, pero hoy he tenido que cancelar 14 reservas advirtiendo a los clientes que estamos confinados», relata Titi, «2021 va a ser otro año perdido, al ritmo de vacunación que llevamos tampoco salvaremos el verano».

El Gobierno de Adrián Barbón ha anunciado un plan de ayudas al sector, por el cual los dos restaurantes de Titi recibirán un total de 8.000 euros. «Eso no me da ni para pagar el recibo de la luz de los meses que he tenido que cerrar», alega el empresario, «cada mes tengo que pagar 4.000 euros por el alquiler de uno de los locales, además del IVA, la Seguridad Social, mi cuota de autónomo y la de mi mujer… pero no ingreso ni un solo euro».

Mientras los establecimientos de hostelería mueren, añade, el Gobierno inyecta 120 millones de euros a Duro Felguera y 54 a la línea aérea chavista Plus Ultra. Titi no oculta la envidia que le produce la política aplicada por otras regiones como la Comunidad de Madrid: «Hay que salvar vidas, pero también la economía, porque si no vamos a tener un desastre absoluto», afirma, «las personas que me dicen que no coma, hoy están comiendo marisco».