Así fue el sonoro abucheo a Pedro Sánchez en Alcalá al grito de «¡sinvergüenza, vete de aquí!»

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Pedro Sánchez se está acostumbrando a recibir sonoros abucheos de un tiempo a esta parte allá donde va, prueba de que la ciudadanía está cada vez más disconforme con el presidente. El último y palmario ejemplo se ha producido en la localidad madrileña de Alcalá de Henares esta misma semana. Como se observa y se escucha de forma cristalina en el vídeo, los ciudadanos le dejaron bien claro al presidente socialista su enfado.

Y eso que Pedro Sánchez había tomado precauciones para tratar de evitar estas escenas. El líder del ejecutivo ordenó una serie de medidas draconianas para facilitar su despliegue que incluyeron hasta el cierre entero del centro de la ciudad. Casi todo el casco histórico de Alcalá de Henares fue perimetrado para la llegada de Pedro Sánchez este lunes, algo que, por poner en contexto, no se hace ni siquiera cuando es el Rey quien visita esta localidad anualmente para entregar el Premio Cervantes.

En este caso, Sánchez se iba a encontrar en Alcalá con el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, en la inauguración de la XIII Cumbre hispano-polaca que se celebra esta semana. La localidad complutense es conocida como ‘la Varsovia española’ por la gran cantidad de ciudadanos procedentes de la república del Este de Europa que viven allí.

Los ciudadanos tenían prohibido el libre movimiento por el centro de Alcalá de Henares, en previsión de que Sánchez tuviese que escuchar las protestas y abucheos de los ciudadanos. Pero no hubo manera de evitarlos, el dirigente socialista escuchó nítidamente los gritos a través de los cristales tintados y blindados del vehículo en el que llegó, formando parte de la enorme comitiva movilizada para su llegada.

La previsión de que a Sánchez le aguardasen notables protestas estaba basada en hechos, habida cuenta de que ya se están convirtiendo en costumbre cada vez que aparece en la vía pública. De monumental fue calificado el abucheo que el presidente escuchó recientemente en Ceuta, cuando se desplazó allí en plena crisis diplomática con Marruecos, convertida en una invasión de hasta 10.000 jóvenes que entraron a Ceuta desde el país vecino.

Hace escasas jornadas, Sánchez también era recibido en Granada entre gritos e «¡sinvergüenza!» y «¡asqueroso!». Allí no sólo escuchó las quejas de la ciudadanía. También, coincidiendo con su visita, un grupo de camareras de piso de la organización Unión Kellys Granada que protestaban y a las que la Policía Nacional empezó a identificar cuando se acercaba la comitiva presidencial.

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