Temor entre los barones del PSOE ante las municipales: “Mejor sin Presupuestos que pactarlos con independentistas”
La proximidad de la tramitación de los Presupuestos Generales, aún sin apoyos, con la campaña y las elecciones autonómicas y municipales del 26 de mayo ha alimentado un temor no disimulado entre federaciones socialistas, baronías y en el entorno de los distintos candidatos, desde alcaldías a comunidades.
Afines o críticos con Pedro Sánchez, pocos niegan que el respaldo de las formaciones independentistas, de las que en última instancia dependerá que las cuentas públicas salgan adelante, no es oportuno. O, al menos, no en el momento en que llega. A meses de unos comicios decisivos que, irremediablemente, marcarán la propia legislatura y la salud de la presidencia del Gobierno. Y, sobre todo, del mismo partido.
El contagio andaluz
Las elecciones en Andalucía eran la primera reválida al acuerdo de Sánchez con los secesionistas. Se saldó con la estrepitosa pérdida de 14 escaños y, en consecuencia, de la Junta. Bastión irreductible de la izquierda.
El riesgo de que el ‘efecto andaluz’ se contagie en otros territorios está latente. Y ello, precipitado además con el propio calendario: las cuentas, ya en el Congreso, afrontarán su nuevo trámite en la sesión plenaria del 12 y 13 de febrero, cuando la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, defenderá el proyecto y debatirá con los distintos grupos que hayan pedido la devolución de las cuentas a través de sus enmiendas a la totalidad.
Después, en la semana del 28 de enero al 1 de febrero tendrá lugar la habitual ronda de comparecencias de altos cargos del Gobierno y organismos públicos para explicar las cuentas de sus respectivos departamentos. Los grupos tendrán hasta el 8 de febrero para presentar nuevas enmiendas a la totalidad, que se debatirían y votarían del 12 al 13 de febrero. Después vendrán las enmiendas parciales, hasta el 15 de febrero. Y, a partir de entonces, el proyecto se debatirá en fase de ponencia y a puerta cerrada, hasta el 1 de marzo. Después, la semana del 4 de marzo, se producirá el debate en Comisión. Según la previsión, las enmiendas se votarán en Pleno entre los días 11 y 13 de marzo.
En caso de superar las votaciones de las secciones, el Congreso aprobará los Presupuestos de 2019 y los remitirá al Senado, donde el PP cuenta con mayoría absoluta. El rechazo de la Cámara Alta podrá ser levantado después por el Pleno del Congreso, pero con mayoría absoluta.
Es decir, la fotografía conjunta de los Presupuestos se producirá a apenas dos meses de que arranque la disputada campaña del 26-M. Y, cabe recordar, en pleno juicio a los líderes independentistas por el referéndum ilegal. Ambas cuestiones serán, coinciden distintas fuentes, el argumento central de la campaña de sus rivales políticos.
Entre tanto, entre el independentismo surge ya la tesis de que Sánchez no negociará el apoyo a los Presupuestos con la intención de que no prosperen y, en ese caso, acusarles del bloqueo. Un escenario que, en los últimos días, ha planteado el portavoz republicano en el Congreso, Joan Tardà. El dirigente de ERC aseguró que desde el partido de Gobierno no se había contactado con ellos para negociar el apoyo a los decretos, votados este martes, ni tampoco a las cuentas públicas.
El respaldo de las formaciones independentistas es determinante para Sánchez, que habrá de asegurar además el ‘sí’ de Podemos. La formación de Pablo Iglesias ha tensado en los últimos días las relaciones con el Ejecutivo. Y también lo ha escenificado, votando en contra de su decreto de la vivienda.
No obstante, en ambos partidos se da por seguro que Podemos acabará apoyando las cuentas. Al fin y al cabo, de ello depende también que Iglesias pueda vender los logros arrancados al Gobierno.