El asesino de Laura Luelmo admite que la llevó a su casa donde la golpeó

Montoya acabó admitiendo el pasado viernes ante la juez que tras raptar a Laura cuando supuestamente volvía del supermercado la llevó a su domicilio donde la golpeó de nuevo. Ya no sólo una vez contra el coche sino en más ocasiones dentro de su vivienda.

Laura Luelmo
Laura Luelmo, la joven asesinada en El Campillo (Huelva).

Poco a poco y acorralado por el interrogatorio de la juez y las acusaciones, el presunto asesino de Laura Luelmo va cayendo en contradicciones. La última, el pasado viernes en el juzgado, donde intentó mantener la versión que había dado a los investigadores de la Guardia Civil.

Bernardo Montoya insistió ante los guardias en que tras raptar a la profesora de El Campillo se dirigió de inmediato al monte donde la abandonó todavía con vida tras golpearla contra su coche. Sin embargo el viernes ante la jueza, Montoya acabó admitiendo que tras raptar a Laura cuando supuestamente volvía del supermercado la llevó a su domicilio donde la golpeó de nuevo. Ya no sólo una vez contra el coche sino en más ocasiones dentro de su vivienda.

Pendientes de corroborar cada paso de la víctima y del verdugo fuentes del caso no creen la versión de Bernardo de la manera en que se produjo el secuestro. Creen que Montoya había planeado el rapto y su intención final era matar a su víctima. Ni las horas concuerdan con la versión de Montoya, ni los lugares, ni las formas.

Creen que Montoya había planeado el rapto y su intención final era matar a su víctima

Empezando por las horas, tal y como ha podido saber OKDIARIO estos son los datos firmes que se desprenden del tráfico de móvil de la víctima con sus allegados: Laura escribió por última vez el día 12 de diciembre a las 16:22 h, desde las 16:30 no contesta, desde las 17:26 no hay ningún contacto en redes o con conocidos, pasadas las 20:20 ya no le llegan mensajes y las 21:19 es la última señal del repetidor que da su teléfono como apagado.

Ninguna de las horas coincide con el relato del presunto asesino que siempre ha intentado reducir el tiempo en el que presuntamente la víctima estuvo en su poder mientras se ensañaba con ella. Los datos lo desmienten y cuentan que en realidad la raptó antes de lo que confiesa y se deshizo de las pruebas más tarde de lo que cuenta.

Supuestamente mantuvo en su poder a Laura Luelmo mucho más tiempo del que ha admitido hasta ahora. El ensañamiento es otro de los datos de la autopsia que contradice a Montoya y que provocó que modificara su relato en su última declaración. El presunto asesino esta vez sí reconoció que no ató a la víctima en el momento del rapto en el coche sino dentro de su domicilio, donde asegura que la llevó con un objetivo sexual pero el ensañamiento que revela la autopsia pone de manifiesto que su último objetivo era asesinarla de todas formas.

Los restos de sangre en la casa y los lugares donde se halló prueban que la verdad se acerca más al relato que
manejan fuentes del caso que a la confesión a medida de Bernardo para eludir la prisión permanente revisable. Todo esto una vez que la autopsia ha concluido que su víctima sufrió una agresión sexual.

Un relato compartido por las acusaciones que advierten en la actuación de Bernardo Montoya su presunta participación en los delitos de detención ilegal, agresión sexual y asesinato con el tipo agravado de ensañamiento que le hacen candidato en un futuro a la petición de una condena de prisión permanente revisable.

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