Forcadell y grupos religiosos pactan que el Estado catalán sería «aconfesional» o de «laicidad abierta»

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La presidenta del parlamento catalán, Carme Forcadell. (Foto: OKD)

La presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, participó esta semana en un acto junto a una veintena de asociaciones religiosas cristianas, musulmanas y budistas, donde se comprometió a que el nuevo Estado catalán sea «aconfesional» o de «laicidad abierta».

A pesar de las numerosas querellas impuestas por la Fiscalía, Forcadell continúa trabajando para hacer realidad la independencia de Cataluña. Su presencia en este acto el pasado miércoles pasó desapercibida y «nadie pidió explicaciones», según sostienen fuentes populares en Cataluña. Sin embargo, esa conferencia sirvió para la presentación y aprobación de un documento para que los poderes públicos se mantengan «neutrales» en relación a las creencias religiosas en el nuevo Estado catalán.

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Forcadell se comprometió a que el nuevo Estado independiente sea «aconfesional» y de «laicidad abierta». Lo que implica la revisión de los acuerdos vigentes en las confesiones religiosas. La política catalana estuvo acompañada también por la consejera Administraciones Públicas y Vivienda de la Generalitat, Meritxell Borràs.

Asimetría en función del arraigo de las creencias

Todos los allí presentes dieron por hecho la independencia de Cataluña y pidieron a Forcadell que ninguna confesión se «apropie» del espacio público. Las entidades firmantes declaran en el documento que el «principio de cooperación entre el Estado y las confesiones religiosas se aplicará con equidad» y, recalcan, que «la equidad no es sinónimo de igualdad o de uniformidad». Para una «correcta aplicación de la libertad religiosa», las entidades proponen aplicar una «asimetría» en función del «grado de arraigo social de las creencias y la representatividad de las diferentes instituciones».

Malestar con los obispos catalanes

Al acto no acudió ningún obispo catalán. Algo que causó malestar entre los firmantes asegurando que siempre se han mantenido fuera del proceso independentista. También se ausentaron la Conferencia Episcopal Tarraconense y las principales entidades musulmanas.

Cabe recordar que en pleno resurgir del proceso soberanista, en 2013, unas 50 asociaciones religiosas catalanas entregaron a la entonces presidenta del Parlamento, Núria de Gispert, un manifiesto de adhesión al Pacto Nacional por el Derecho a Decidir, con el objetivo de que se celebrara el referéndum. El 7 de julio de 2014, un año después, las mismas entidades renovaron su apoyo y esta semana unas 30 asociaciones se han dado de baja y no figuran en este documento.

En el documento destacan que la educación religiosa es muy importante en un Estado independiente subrayando que el nuevo Estado «debe contribuir al sostenimiento de una oferta educativa diferente a la establecida por las autoridades públicas, mientras tenga demanda suficiente de las familias». Es decir, la libertad de los padres y las familias a elegir la educación de sus hijos, el reconocimiento civil de determinados actos jurídicos (no especifican más) y la toma en consideración de determinadas festividades religiosas.

Asimismo, imponen una «adecuada financiación» a las entidades religiosas y ponen como ejemplo, la vía de la «asignación voluntaria de los contribuyentes». Las aportaciones se deberían articular «según la representatividad, el arraigo y la función social» de cada una de las creencias, sostienen en el documento.

Entre los ponentes que participaron se encuentran: el presidente de la Academia de Legislación y Jurisprudencia de Cataluña Lluís Jou; el historiador y monje de Montserrat Hilari Raguer; Lluís Nansen Salas del budismo zen; Guillem Correa, secretario general del Consejo Evangélico de Cataluña; Carme Gutiérrez, representante de Asuntos Públicos de la Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días; Ahmed Benallal y secretario de la Unión de Centros Culturales Islámicos de Cataluña; el arcipreste Stavrophor Joan, vicario general para España y Portugal del Patriarcado de Serbia.

El manifiesto lo suscriben entre otras asociaciones la Fundación Joan Maragall, la Coordinadora Catalana de Entidades Budistas de Cataluña, la Liga Espiritual de la Virgen de Montserrat o Unión de Centros Culturales Islámicos de Cataluña y Vedruna Cataluña. También participó el Consejo Evangélico de Cataluña, que agrupa a la mayoría de comunidades protestantes, quienes dejaron claro que están preparando un documento propio para añadir algunas propuestas a las ya pactadas.

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