Forcadell no escarmienta: «Volvería a hacer lo mismo porque el Estado tiene miedo a la democracia»

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Carme Forcadell en una reciente imagen (Foto: EFE).

El Tribunal Constitucional ha pedido a la Fiscalía que actúe contra la presidenta del Parlamento de Cataluña por desobediencia. Pero la propia Carme Forcadell ha asegurado, en una comparecencia en el Parlament, que «volvería a hacer lo mismo».

La ex presidenta de la organización independentista Asamblea Nacional Catalana (ANC) ha afirmado que ve en el Estado «miedo a la democracia» y «pánico a la libertad de expresión» por haber hecho «lo que toca y que volvería hacer», que es «cumplir estrictamente el reglamento del Parlament».

El pleno del TC ha aprobado este jueves por unanimidad pedir al fiscal que exija «la responsabilidad penal» que corresponda a la presidenta del Parlament por no acatar las resoluciones del tribunal, han informado a Efe fuentes jurídicas. En una comparecencia en su despacho presidencial, Forcadell ha dicho «tener la tranquilidad y el convencimiento absoluto de haber hecho lo que tenía que hacer como presidenta en el ejercicio de mis funciones» y de que hizo cumplir «el reglamento» del Parlament.

Después de recordar que las conclusiones de la comisión votadas ya habían sido previamente aprobadas en comisión y publicadas en el Diario Oficial del Parlament, Forcadell ha recalcado que el pleno «es el lugar supremo de la cámara» y que si dos grupos piden incorporar un punto adicional en el orden del día «a la Mesa sólo le corresponde ordenar el debate» y no impedirlo.

«Cumplimos estrictamente el reglamento para hacer una cosa tan extraordinariamente normal en un Parlamento como es hablar, debatir y votar, que es la esencia del parlamentarismo», ha señalado antes de denunciar «la falta de separación de poderes del Estado y la constante judicialización de la vida publica, con amenazas a los representantes de la ciudadanía».

Según la presidenta del Parlament, «se usa a los tribunales de forma chapucera» con la finalidad de «coartar y censurar a un Parlamento» y de impedir que en él se debatan «los temas que les molestan y deje de ser el lugar donde se trasladan los temas que preocupan a la ciudadanía».

«Quieren convertir la Mesa en un órgano de censura y que haga de censor, un mini-TC que juzgue y valore cuestiones que aún no han sido debatidas ni votadas por lo que están sujetas a modificaciones», ha reprochado Forcadell.

En su opinión, «en lugar de procurar el diálogo, el Estado español prefiere que actúen los tribunales». Y ha añadido: «Pero tengo una mala noticia [para el Gobierno central] y es que no conseguirán pararnos ni atemorizarnos, no conseguirán prohibir la libertad de expresión» por lo que «los diputados podrán continuar hablando de todo lo que consideren positivo para nuestro país».

Forcadell ha lamentado que «el Gobierno español y otros estamentos del Estado han optado por la vía judicializadora y por ver el ejercicio democrático como un delito, pero aquí continuaremos haciendo nuestra función» y «el futuro de Cataluña lo decidirán sus ciudadanos y no un tribunal constitucional».

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