Volkswagen desaparece de Rusia: el comprador de su planta frena la producción y plantea despidos
La planta de la empresa rusa AGR Automotive en Kaluga permanecerá inactiva hasta al menos marzo de 2024
El comprador de la planta de Volkswagen en Rusia paraliza su producción y pone en marcha una restructuración de plantilla por la baja demanda en el mercado. En el mes de mayo, el fabricante automovilístico alemán finalizó la venta de sus activos en el país ante la invasión rusa de Ucrania con el apoyo del grupo de concesionarios de automóviles Avilon, que luego cambió el nombre de la fábrica a AGR Automotive. Una nueva etapa en la que la actividad de la fábrica se ha hundido a mínimos históricos, que ha obligado a parar las líneas de ensamblaje hasta al menos el mes de marzo de 2024.
Así lo han explicado fuentes cercanas a la situación, en conversaciones con este diario, que han señalado que «la situación de la automoción en Rusia es crítica tras la salida de los principales fabricantes de coches europeos, como es el caso del Grupo Volkswagen y los efectos derivados de las sanciones internacionales que han provocado una crisis de abastecimiento de piezas».
Más de 200.000 automóviles al año
La antigua planta de Volkswagen, en la región rusa de Kaluga, al sur de Moscú, tiene una capacidad de producción de 225.000 automóviles al año, que, tal y como ha podido saber OKDIARIO, permanecerá paralizada hasta al menos el mes de marzo de 2024.
Un escenario que ha forzado a la dirección de la planta y al comité de empresa a llegar a un acuerdo e iniciar una restructuración de la plantilla, ofreciéndoles dinero para que renuncien antes de la entrada del nuevo año.
«Hasta ahora sólo unas pocas personas de los aproximadamente 3.600 empleados restantes han aceptado la oferta de los nuevos propietarios para renunciar a sus puestos de trabajo, ya que la mayoría no tienen tarea y se dedican a pasear por la planta», señalan las citadas fuentes.
Volkswagen fuera de Rusia
Tras la salida de las empresas occidentales de la automoción, limitar la interrupción de la producción y el empleo ha sido uno de los objetivos clave de Moscú, un problema que se agudizó aún más cuando la emigración y el servicio militar obligatorio provocaron una escasez generalizada de mano de obra y que ahora piensa compensar con la entrada de los fabricantes automovilísticos chinos.
Las ventas de automóviles made in China en Rusia parecen haber alcanzado su punto máximo a medida que la producción nacional se recupera después del éxodo de los fabricantes de automóviles occidentales. Sin embargo, el crecimiento reciente del mercado puede estancarse a medida que los altos costes de importación y las tasas de interés comiencen a hacer efecto.
No es sólo cosa de Volkswagen. Tras la invasión rusa de Ucrania y los efectos derivados de las sanciones internacionales al Gobierno de Putin, Renault vendió su participación mayoritaria a la rusa AvtoVAZ por un rublo con una opción de seis años para recomprarla, al igual que el fabricante automovilístico nipón Nissan, que entregó su negocio en Rusia a una entidad estatal por tan sólo un euro.
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