Los trabajadores de Bosch en Barcelona irán a los tribunales para evitar el cierre de dos fábricas

• Andrea Aguado @AguadoRobles
• Redactora de economía y coordinadora de OKMOTOR. Amante de las cuatro ruedas y la industria. Antes en informativos de Radio Televisión Castilla y León.
• • 08/03/2021 04:58
  • Actualizado: 08/03/2021 04:58

Bosch ha anunciado su desaparición industrial en Cataluña con el cierre de las plantas de Castellet i la Gornal  y Lliçà d’Amunt -ambas en la provincia de Barcelona-, lo que se traduce en la extinción del contrato de más de 600 trabajadores con el objetivo de deslocalizar la producción a Serbia y Polonia, donde la mano de obra es mucho más barata. Un ‘cerrojazo’ que ha pillado por sorpresa a los empleados de las factorías catalanas en el área de la  automoción, que acudirán a la Justicia para evitar el cese total de la actividad. Un escenario que agudiza aún más la crisis de la industria que vive Cataluña, que comenzó con el cierre de Nissan en la Zona Franca.

Así lo han confirmado fuentes conocedoras de la situación en conversaciones con OKDIARIO, que han explicado que «vamos a agotar todos los recursos para evitar el cierre ilegal de las plantas de Bosh en Barcelona, que va a dejar en la calle a 636 trabajadores directos y más de 2.000 indirectos». «Este anuncio ha provocado una gran decepción en la plantilla de Lliçá y en el conjunto de los trabajadoresºº del Grupo Bosch en España. Ambas decisiones, han generado la natural alarma primero, e indignación y rechazo frontal, después, por cuanto significan una reducción del 50% de las fábricas de Bosch en España en el área de automoción, la desaparición de la actividad industrial de Bosch en Cataluña», añaden.

«La compañía ha alegado razones económicas derivadas de los efectos de la crisis del coronavirus ante la decisión de cerrar una nueva planta en Cataluña, en está ocasión la de Lliça», explican. No obstante, aseguran que se trata de un cierre ilegal: «Bosch cierra en Cataluña para concentrar toda su producción en Europa del Este por el menor coste laboral, no por falta de competitividad o caída de las ventas de las piezas que se fabrican en las plantas de Castellet i la Gornal  y Lliçà d’Amunt».

Por ello, los trabajadores acudirán a los tribunales si la compañía alemana continúa con la liquidación de su actividad en Cataluña: «La Justicia nos dará la razón», puntualizan.

Ante esta situación, piden «respeto a los trabajadores y un compromiso para la puesta en marcha de un plan industrial para España, con el objetivo de definir y acordar inversiones, adjudicar productos más avanzados tecnológicamente, modernizar nuestras instalaciones y, en definitiva, adoptar las medidas necesarias que aseguren la continuidad de la compañía alemana».

«En el caso de la planta de Lliçà d’Amunt, el 30 de septiembre la dirección presentó al comité de empresa una previsión de ocupación para una parte importante de la plantilla hasta 2026, aunque con la necesidad de hacer un ajuste de entre 30 y 45 trabajadores, que podría cubrirse con medidas no traumáticas, como prejubilaciones y bajas voluntarias», explican. No obstante, Bosch ha decidido, finalmente, cerrar de forma inminente de la planta catalana sin la negociación de un plan de viabilidad.

¿Otra reindustrialización?

Por su parte, fuentes sindicales han explicado a este diario que «hemos pedido a la dirección del grupo en España que reconsideren su decisión y se sienten a negociar la reindustrialización de las plantas de Bosch en Cataluña, dándole las mismas oportunidades que a otras plantas europeas con la asignación productos que garanticen la ocupación de la plantilla y el futuro de las planta».

Además, han realizado un llamamiento a las administraciones, tanto al Gobierno central como autonómico, para que eviten el ‘cerrojazo’ del fabricante alemán en Castellet i la Gornal  y Lliçà d’Amunt, ya que pone en riesgo el tejido industrial en España.

«Resulta una tremenda contradicción que, tanto la Alta Gerencia como la Presidencia de la zona Iberia, hayan reconocido que los excelentes resultados de 2020 anunciando a bombo y platillo la concesión de una gratificación especial de reconocimiento y, pocos días después, notifiquen, con absoluta frialdad y por sorpresa, la intención de cerrar Lliçà porque deciden concentrar la producción en Wroclaw (Polonia)», denuncian.