El tope al gas producirá un frenazo en la fuga de clientes del mercado regulado al libre
Bruselas ultima la aprobación del proyecto conjunto de España y Portugal para limitar el precio del gas, que traerá consigo cambios en el mercado eléctrico más allá de la esperada rebaja del precio de la luz. La principal consecuencia será el freno en la fuga de clientes del mercado regulado, que se venía dando en los últimos meses. Y es que, todos aquellos consumidores que finalicen su contrato en el mercado libre verán un incremento en las nuevas ofertas, que sumado a la rebaja por la ‘excepción ibérica’, harán muy apetecible el PVPC.
El pasado año, en el marco de la espiral alcista de la energía, alrededor de 1,25 millones de personas pasaron de las tarifas del mercado regulado de electricidad (PVPC), que está indexada al mercado mayorista, a una en el mercado libre a precio fijo, según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El regulador constataba que en ese mismo periodo el 60% de los consumidores eléctricos (unos 18 millones) disponían de un contrato de suministro a precio fijo, lo que les permitió mantener los precios acordados hasta la fecha de revisión de sus contratos.
Una tendencia que podría darse la vuelta este año. Según el director general de Tempos de Energía, Antonio Aceituno, los precios de los futuros de hace un par de meses -que son los que se toman de referencia para las ofertas de los nuevos contratos en el mercado libre- superaban los 200 euros al calor de los precios del pool, que llegaron a alcanzar los 500 euros/MWh tras el estallido de la guerra de Ucrania. «Este encarecimiento de las nuevas tarifas del mercado libre van a suponer una fuga al regulado, que aunque tenga que soportar los precios de compensación a las centrales eléctrica a ser considerablemente más barato» apunta Aceituno.
Pese a ello, el tope al gas lo pagaremos entre todos los consumidores y la consecuente rebaja de la factura no será tan elevada como se preveía en un principio. El acuerdo de España y Portugal con las autoridades comunitarias fija un tope medio de 48,75 euros/MWh en los doce meses de aplicación de este mecanismo -hasta el 31 de mayo de 2023- que en los seis primeros meses será de 40 euros/MWh, a aumentar progresivamente hasta los 70 euros/MWh. La aplicación del tope al 48,75 euros/MWh, estima el Gobierno, resultará un precio de casación marginal resultante de 126,54 euros/MWh, al que habría que sumar el coste del ajuste a pagar por los consumidores, la compensación a las centrales con los precios topados, que de media supondrá 45,17 euros/MWh, según estas estimaciones.
Quién pagará esta compensación a las centrales es la principal incertidumbre que genera este mecanismo, que se tendrá que repartir entre los consumidores del mercado regulad -susceptibles a cambios en los precios-y los clientes del mercado libre que tengan que renegociar sus tarifas por el fin de los contratos, lo que limita al 15,3% la rebaja al consumidor de electricidad medio acogido a la tarifa regulada PVPC durante los 12 meses de aplicación del tope del Gobierno.
«Todavía hay que esperar a ver cuál es la manera que elige el Gobierno para cubrir el sobrecoste generado por comprar el gas al precio de mercado y venderlo a un precio limitado, aunque todo hace indicar que la diferencia lo pagaremos entre todos los consumidores, bien mediante un recargo en alguna parte del recibo que cubra el déficit de tarifa generado, solo los consumidores del mercado libre -lo cual sería algo injusto- o bien a través de los PGE, y que determinará, según quien pague, si esta medida es más rentable o no» apuntan desde Selectra.
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