Economía

¿Cómo realizar un DAFO sobre financiación?

El análisis DAFO se utiliza, en general, para determinar la situación general de la empresa tanto a nivel interno como externo. Por un lado, se estudian las debilidades y fortalezas de la organización; es decir, los aspectos  respecto los cuales tiene ventaja o desventaja competitiva respecto la competencia. Por el otro, se miden las amenazas y oportunidades presentes en el sector y en la economía en general.  

Ahora bien, describir todos estos aspectos de una organización daría como resultado un largo listado difícil de analizar para poder sacar conclusiones. Por ese motivo, se realizan DAFO’s por procesos o segmentos. Uno de ellos puede ser la financiación. A continuación, desgranaremos los aspectos a considerar.

¿Qué valorar en un análisis DAFO de la financiación?

– Presencia en listados como RAI o ASNEF: tener alguna deuda con alguna compañía u otra entidad provoca recelos por parte de la entidad financiera.

– Poca vinculación con la entidad financiera: una entidad quiere que su cliente tenga contratados cuantos más productos posibles con ella. Es una forma de mostrar que existe confianza y, a la vez, un mecanismo de control sobre los ingresos recurrentes que se obtienen de la actividad.

– Historial irregular de pagos: si en el pasado, en otra financiación, se han tenido épocas de dificultad en el pago.

– Altos tipos de interés: suponen un mayor coste para las entidades que repercutirán a sus clientes en la financiación para mantener los márgenes deseados.

– Perspectivas negativas del sector: una financiación implica un compromiso, como mínimo, a medio plazo. Por lo tanto, si las proyecciones del sector no son buenas, se ve afectada la capacidad de generar ingresos.

– Bajos ratios de solvencia de los bancos: cuanto mayor sea el número de créditos y préstamos que acumulan las entidades, más reacias serán a ofrecer nueva financiación.

– Alta vinculación con la entidad: las entidades pueden llegar a ofrecer unas condiciones más ventajosas a nivel de coste financiero a aquellos clientes que tengan contratados una serie de productos con ellas, especialmente ingresos y seguros.

– Presentación de un plan de empresa sólido: demuestra que la empresa es viable a medio y largo plazo y que tendrá capacidad para hacer frente a las distintas cuotas.

– Historial impecable en materia de pagos: si en una financiación anterior se ha pagado sin dificultad ni retrasos los importes correspondientes.

– No tener deudas de ningún tipo con otra entidad: implica un ratio de endeudamiento menor y cierta presencia de recursos propios en la compañía.

– Bajos tipos de interés: en teoría, a unos tipos más bajos, más predispuestos estarán las entidades a ofrecer financiación. Hemos visto, pero, que en los últimos años no ha sido exactamente así.

– Contexto de crecimiento económico: si la economía va al alza, el mismo consumo interno facilitará a la empresa la obtención de unos mayores beneficios.

– Operar en un sector en crecimiento: existen una serie de sectores que se supone que gozarán de un importante avance en los próximos años, como las nuevas tecnologías.