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El puñetazo de López Burniol y la sucesión de Fainé

lópez burniol, fainé
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Los últimos movimientos en la Fundación La Caixa han pasado bastante desapercibidos fuera de Cataluña. Normal con el jaleo que tenemos en el mundo empresarial español: Telefónica, BBVA-Sabadell, Naturgy, Talgo, Grifols… Pero merece la pena estar atentos porque ha empezado la partida por la sucesión de Isidro Fainé; el hombre más poderoso de España, no nos cansaremos de repetirlo.

Los movimientos tectónicos empezaron en diciembre, cuando el patronato de la mayor fundación de España a años luz de la segunda (655 millones de presupuesto), propietaria de CaixaBank y primer inversor industrial del país, debía elegir a un director general, es decir, al número dos de Fainé, en sustitución de Antonio Vila, que se jubilaba.

Resulta que Juan José López Burniol, un influyente notario de Barcelona, articulista de La Vanguardia, vicepresidente de la fundación y de su holding empresarial Criteria, y uno de los hombres más cercanos a Fainé, estaba convencido de que iba a ser el elegido como director general de La Caixa y así se lo contó a propios y extraños.

La Caixa, Fainé
Antonio Vila, director general de la Fundación La Caixa saliente; Juan José López Burniol; Isidro Fainé, presidente; y Jaume Giró, ex director general.

Ese nombramiento no era importante tanto por el cargo en sí, como porque el elegido se colocaba en la pole position de la sucesión de Fainé al frente de todo el imperio Caixa. López Burniol soñaba con esa presidencia, pero el viejo zorro de Manresa decidió ignorarle y nombrar en su lugar a Josep María Coronas, el secretario del consejo del patronato. Es decir, un hombre que no cuenta en la carrera sucesoria.

El puñetazo

«Burniol no tenía ninguna posibilidad por edad: tiene 79 años, sólo tres menos que Fainé. Menuda sucesión iba a ser ésa», sostiene un miembro de la alta burguesía barcelonesa bien enterado del asunto. Otras fuentes añaden que, pese a su notoriedad en la Ciudad Condal, su origen aragonés le quita cualquier opción: «Es inconcebible que La Caixa no esté presidida por un catalán».

La noticia provocó una reacción de furia del citado en la reunión del patronato en las torres negras de la Diagonal. Hizo un último intento para salvar los muebles: propuso que Coronas ocupara el cargo de forma temporal antes de nombrar un director general permanente… que iba a ser él, claro. Pero Fainé tampoco lo admitió.

Fundación La Caixa
Sede de la Fundación La Caixa.

Ante lo cual, Burniol montó en cólera, dio un puñetazo en la mesa y salió de la sala dando un portazo, según el relato de algunos de los presentes en la reunión. Y no sólo eso, sino que acto seguido cogió un avión y se fue de vacaciones a meditar, al Tíbet según algunas versiones o a Nepal según otras. Y como estaba ilocalizable, no se pudo hacer efectiva su dimisión como vicepresidente hasta su vuelta, varias semanas después. Algo que ha levantado sonrisas socarronas en los reservados de los mejores restaurantes barceloneses.

La solución Godó

Pero la salida de Burniol de La Caixa provocaba otro quebradero de cabeza a Fainé: tenía que nombrar otro vicepresidente y, de nuevo, el elegido sería señalado como posible sucesor. Para evitarlo, decidió repetir la jugada de Coronas y nombrar a Javier Godó, ya que el conde tampoco tiene ninguna opción de acceder a la presidencia de La Caixa: tiene 83 años.

Por tanto, don Isidro no ha dado ninguna pista sobre quién puede sucederle al frente del imperio. Porque no quiere darlas, claro. Han corrido algunos rumores que apuntan a Francisco Reynés, el presidente de Naturgy, pero su relación con Fainé no pasa por el mejor momento desde el fracaso de la OPA de Taqa el año pasado.

Independentismo-Artur Mas-Conde de Godo
Javier Godó junto a Artur Mas en una imagen de archivo.

«Es el secreto mejor guardado de Cataluña», sentencia una de las fuentes consultadas. Y lo seguirá siendo hasta que Fainé quiera, si la salud le respeta.  De momento, parece en plena forma. Ha decidido la vuelta de la sede a Cataluña tras cenar con Pedro Sánchez y se apoya en Ángel Simón (que tiene ascendente socialista, Fainé no da puntada sin hilo) para que Criteria siga haciendo compras. La última, la del 5% de Veolia.

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