El PIB español aún se sitúa un 9,4% por debajo del nivel previo a la crisis, según el Banco de España
«El impacto de la pandemia sobre la economía española ha sido extraordinariamente elevado, tanto desde un punto de vista histórico como en una comparativa internacional». Así resume el Banco de España cuál ha sido el impacto de la crisis del coronavirus sobre la actividad.
El organismo que gobierna Pablo Hernández de Cos explica que «el PIB español se contrajo intensamente en el primer semestre de 2020 —muy por encima del retroceso que experimentó el conjunto de la Unión Económica y Monetaria (UEM)—, y, a partir de entonces, comenzó una senda de recuperación que se ha caracterizado por su fragilidad».
«En particular, tras un crecimiento muy intenso en el tercer trimestre, el producto de la economía española se estancó en el tramo final de 2020 e incluso retrocedió ligeramente en el primer trimestre de este año». De hecho, el PIB español aún se encuentra «un 9,4% por debajo de su nivel precrisis, brecha que es claramente superior a la observada en el conjunto de la UEM y en otras economías avanzadas», recuerda este organismo.
Los motivos que explican el «mayor impacto adverso de la pandemia en España son diversos», según el Banco de España. «Algunos de estos factores tienen que ver con la propia evolución de la pandemia en nuestro país, pero otros tienen un carácter más estructural y estarían relacionados con las peculiaridades de la estructura productiva española, en la que los sectores, las empresas y los trabajadores que tienen un peso relativo elevado son, precisamente, los que más se han visto afectados por la pandemia», explica el informe anual del supervisor.
A corto plazo, «las perspectivas apuntan a que la economía española se recuperará con relativo vigor a partir de la segunda mitad de este año, si bien los efectos adversos de la pandemia sobre el nivel del PIB, el empleo y las cuentas públicas perdurarán aún varios años».
«La intensidad de la recuperación podría variar sensiblemente dependiendo de varios factores, sobre los que existe una considerable incertidumbre. Entre estos factores destacan la velocidad con la que se recuperen los flujos de turismo internacional y la intensidad con la que los hogares españoles hagan uso, en los próximos trimestres, de la bolsa de ahorro que han acumulado desde el comienzo de la pandemia», recuerda la institución.
El grado de vigor de la actividad económica española a corto plazo también dependerá de «cómo se ajusten a una coyuntura en continua evolución los principales instrumentos de política económica que se han desplegado en nuestro país para hacer frente a la pandemia —en especial, los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y las medidas de apoyo a la liquidez y la solvencia empresarial—». «Asimismo, dependerá de la efectividad de estos instrumentos para evitar una reducción persistente de nuestra capacidad de crecimiento», dice.
El descalabro del PIB español ha sufrido desde finales de 2019 se encuentra entre los mayores registrados en las economías avanzadas. Eso sí, «el impacto económico de la pandemia podría haber sido aún mayor sin la respuesta de la política económica», asegura el documento. Todos los países han puesto en marcha medidas de estímulo, en España no obstante se han movilizado menos ayudas directas a las empresas y el dinero se ha centrado en pagar los ERTE.
El Banco de España recuerda que «la magnitud y la persistencia de los efectos de la pandemia sobre el producto potencial dependerán de la duración de la perturbación». «Cabe esperar un posible impacto negativo a través de un aumento del desempleo estructural y de una reducción del stock de capital. El efecto de la pandemia sobre la productividad de largo plazo es todavía incierto», concluye.
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