Economía

No moleste, Sánchez

  • Patricia Sanz
  • Abogado, periodista y máster tributario de Garrigues. Antes, asesora fiscal por Luxemburgo y España, ahora, redactora jefe de Economía de OKDIARIO.

Decía Maquiavelo que reformar un orden existente es una de las cosas más peligrosas y difíciles que un príncipe puede hacer. Y el Príncipe de Moncloa lo ha logrado, aunque sin haberlo planeado. Aquel que regresó a un partido del que fue expulsado, que fue investido presidente tras una moción de censura y de nuevo gobernó con aquellos a los que negó, el mismo que sobrevivió a dos mociones de censura, ahora se ve con posibilidades de ser reelegido presidente del Gobierno.

El líder progresista ha reformado vía decretazos las leyes que más consenso requerían por mandato legal y moral, ha dilapidado el dinero público en encuestas y chiringuitos y, lo más grave, ha hecho prevaler el poder ejecutivo por encima de otros órdenes que no eran de su competencia. Circunstancias políticas que han afectado a la economía: la inflación ha vuelto a su espiral de subida, el Producto Interior Bruto se retrae-, y los españoles han perdido hasta un 4% de poder adquisitivo sólo en un año.

Ahora bien, lo que el presidente progresista jamás imaginó es que empujaría a España hacia la teoría madre del capitalismo, la del laissez faire. Mientras desde Génova, Ferraz y Zarzuela descuelgan teléfonos para negociar quién será el nuevo presidente -y a saber a cambio de qué-, España respira con un gobierno en funciones y su economía, también.

Las grandes consultoras se frotan las manos explicando al Ibex lo que resulta chocante para la opinión pública: es bueno que no tengamos Gobierno, al menos, a corto plazo. Para Adam Smith, la abolición de las leyes que restringen el mercado activa el crecimiento económico potencial. Y no es que Sánchez se despertara el pasado domingo anarcocapitalista y vaya a derogar en cinco meses los impuestazos a la banca, grandes energéticas y grandes fortunas; pero este bloqueo político le impide aprobar nuevas leyes y ello, podría ser lo más beneficioso para nuestra economía.

Nuestros vecinos belgas estuvieron hasta en dos ocasiones sin ejecutivo federal durante una media de 500 días y sobrevivieron. De hecho, les fue muy bien. En uno de los países tradicionalmente con mayor presión fiscal de la eurozona, la no previsión de impuestos alivió a empresas y ciudadanos. Todo creció: el ahorro de las economías domésticas, los beneficios de las empresas, y, aquello que el pasado junio salvó el estancamiento de nuestra Nación: el consumo de las familias.

De hecho, son ya varias las empresas que están solicitando informes a las big four para marcharse de España en caso de que Sánchez repita. Teniendo en cuenta que el 63% del Ibex ingresa ya más de la mitad de fuera y que seis de estas grandes empresas facturan en territorio extranjero incluso mucho más de lo que facturaba Ferrovial; o continuamos sin Gobierno o, por nuestro bien, mejor que no repita el Gobierno frankestein. Estas mercantiles ya aprendieron la lección a finales de 2022 con el impuestazo que les aprobaron durante las pasadas navidades, sin tiempo para reaccionar. Las grandes empresas generadoras de cientos de miles de puestos de trabajo podrían hacer la mudanza ante la amenaza de nuevos impuestos o incluso, propio de gobiernos comunistas, de nacionalizarlas.

En definitiva, el impasse político podría ser la mejor de las noticias económicas para lo que resta del año. Por ello, altavoz en mano, pido al presidente capaz de vender a España a bilduetarras y golpistas con tal de renovar mandato, lo más sencillo: no moleste, Sánchez.