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La monja que «peca» con este producto de Mercadona: «no me puedo resistir»

monja Mercadona
Descubre el producto de Mercadona que hace "pecar" a una monja
Blanca Espada

Mercadona, el supermercado con la mayor cuota de clientes en nuestro país, continúa sorprendiendo a los consumidores con productos que rápidamente se vuelven virales. Ya sea por su calidad, precio o simplemente por su originalidad, los productos de Mercadona a menudo se convierten en protagonistas en las redes sociales. Es lo que ha ocurrido precisamente con un producto dulce de Mercadona que ha popularizado una monja del Centro de Enseñanza Superior Alberta Giménez (CESAG) de Mallorca  y del que ha dicho: «No me puedo resistir».

La monja que ‘peca’ con este producto de Mercadona

Todos tenemos «vicios» entre los productos de Mercadona. Ese snack o ese helado, la pizza que más nos gusta o la bebida que siempre compramos. Una «adicción» con respecto a los productos de Mercadona de la que nadie se libra y que incluso «sufre» una monja que ya se ha hecho viral en las redes al mostrar el dulce que siempre compra en este supermercado.

Maje Torrente, la simpática religiosa de la congregación Pureza de María, docente y community manager de la universidad privada CESAG, ha compartido a través de un vídeo de su cuenta en TikTok @majetorrente, que tiene más de 52.400 seguidores, su experiencia personal en la que revela su «pecado» particular en relación con un producto de Mercadona.

«Hola majetes, estoy en Mercadona y cuando vengo hay una cosa a la que no me puedo resistir», dice en su vídeo, antes de mostrar qué es eso que siempre compra en este supermercado y finalmente vemos:  una bolsa de golosinas de la marca ‘Xuxes Top Ten’.

Con una sonrisa traviesa y llena de complicidad, la monja admite que estas golosinas son su perdición y concluye diciendo «casi siempre caigo». Su confesión honesta y divertida ha encantado a sus seguidores, quienes no han dudado en expresar su simpatía y empatía en los comentarios del vídeo, aunque muchos de ellos estaban convencidos de que les iba a enseñar chocolate.

Las chuches a las que esta monja no puede decir «no» se venden en una bolsa de 135 gramos (o 20 unidades) a un precio de 1,25 euros.

Esta simpática historia de la monja y su vicio por las golosinas de Mercadona nos recuerda que la vida está llena de placeres simples que pueden unirnos y brindarnos momentos de felicidad. Ya sea una bolsa de golosinas, una barra de chocolate o cualquier otro capricho, todos merecemos deleitarnos de vez en cuando y encontrar la alegría en lo cotidiano.

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