Guindos deja ‘colgada’ a la plana mayor de la banca en un acto tras el rescate de Popular

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Luis de Guindos y Mariano Rajoy (EFE)

Todos los medios de comunicación esperábamos este jueves en la Fundación Rafael del Pino de Madrid, la llegada del ministro de Economía, Luis de Guindos, para aportar un poco más de luz a la venta del Banco Popular, pues a medida que transcurren las horas nuevas cuestiones se ponen encima de la mesa que discuten cuando menos, el papel desempeñado por el Ministerio en todo este asunto.

Guindos ha preferido enviar a su secretaria de Estado, Irene Garrido, que ha asegurado que el enemigo de los bancos radica en la baja rentabilidad, las fintech y las blockchain.

Este evento al que han acudido Dolores Dancausa de Bankinter, Jaime Guardiola del Sabadell, José Antonio Álvarez del Santander y Carlos Torres del BBVA, ha permitido sin embargo a OKDIARIO indagar en algunos asuntos no demasiado publicitados hasta el momento.

Muchos banqueros asistentes se preguntaban primero cómo se había permitido que un banquero de inversión, Emilio Saracho, se ocupara de sanear una entidad comercial cuando de esto él no sabía y como el Banco de España había tenido que asumir su nombramiento propiciado por el Ministerio de Economía sin habérselo consultado antes.

También, entre café y café, se hablaba de cómo en el reciente encuentro del Club Bilderberg, se había podido ver a Luis de Guindos y a Ana Botín reunidos una tarde entera. Parece ser, que la presidenta de Santander quería comprar el Popu a coste cero (como finalmente ha ocurrido) mientras que Guindos quería que mejorase la oferta recibida del BBVA de pagar 3.000 millones por el Popular.

Dicen, en los mentideros bancarios, que Guindos mantenía reuniones telefónicas, algunas de hasta 5 horas, debatiendo cómo habría que hacer la operación de absorción del banco antaño vinculado al Opus Dei.

Al margen de estos comentarios, el presidente de la Asociación Española de Banca, José María Roldán, está muy satisfecho sobre lo rápido que se ha solventado esta crisis, en apenas unas horas, reduciendo la incertidumbre.

Roldán recordó que los miembros que componen la AEB no le han costado un duro a los contribuyentes y que los problemas que surgen en los bancos no se resuelven con el tiempo sino con sistemas como el bail in que hace que los accionistas se hagan cargo de las pérdidas.

También ha animado a los bancos extranjeros a que entren en el mercado español pues muchos asistentes decían en los pasillos que empieza a haber un riesgo de concentración bancaria en nuestro país.

También se quejaban de por qué la CNMV no prohibió las operaciones con cortos bajistas contra el Popu y que se investigara quien hay detrás pues acariciaban la posibilidad de que miembros del propio Consejo del banco podían haber especulado para recuperar parte de su inversión ante la inminencia de la catástrofe.

El consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez, ha querido tranquilizar a la plantilla del Popular, que tendrá que seguir atendiendo a 4 millones de clientes aunque a pocos se les escapan, decían otros, que las plantillas sobredimensionadas de ambas entidades desencadenarán en jubilaciones anticipadas.

Para el BBVA, la solución aportada para el Popu es muy satisfactoria para el sistema financiero español y desmienten que hayan ofrecido nada por este banco pues no encajaba en su estrategia.

Si en algo han coincidido todos los CEO es que las políticas proteccionistas ralentizan el crecimiento  mundial y que un gran número de normativas dificultan la actividad bancaria.

El que fuera gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, actual gerente del Banco de Pagos Internacionales aprovechando la situación actual en nuestro país aconsejó «no bajar la guardia» en el sentido de «reducir los coeficientes de capital», aunque ahora se produzcan «vientos de cola» que «tienen que ser aprovechados».

En su opinión, «el capital que tienen hoy las entidades financieras es sensiblemente superior a los mínimos que plantea Basilea», algo que «no es tanto por regulación», sino que «lo piden los supervisores y los mercados».

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