Economía
DESPIDE A LA PLANTILLA DE SU FILIAL EN MADRID

Las trabas de Carmena obligan a Wanda a despedir a su plantilla y preparar la venta del Edificio España

Manuela Carmena ha colmado la paciencia del grupo chino Wanda Group, hasta el punto de que el propietario del Edificio España amenaza con poner en venta el emblemático inmueble madrileño. Como primera medida, Wanda Madrid Development, filial del grupo creada para sacar adelante el proyecto en la capital de España, comenzará a despedir a todo su personal la semana que viene.

Durante un proceso que se prolongará durante varios meses, Wanda Madrid Development irá comunicando a las 30 personas que tiene en plantilla la finalización de su relación laboral. El ritmo será de dos despidos a la semana. Este desmantelamiento de la plantilla puede ser el paso previo a la disolución de la compañía encargada de la rehabilitación y comercialización del Edificio España.

Las exigencias del Ayuntamiento hacían el proyecto inviable económicamente y con alto riesgo para la seguridad

La venta del inmueble suena como una posible opción para el conglomerado empresarial chino, si bien es una operación complicada debido al alto precio de la construcción y a todas las trabas que el equipo de Carmena ha puesto para su rehabilitación. Encontrar un comprador será muy difícil, según explican las fuentes consultadas.

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena (Foto: Getty)

Ha habido recientes reuniones entre Wanda y el ayuntamiento, en un intento in extremis de desatascar una situación embarrada por la negativa del consistorio a aceptar las reformas de la fachada planteada por la empresa. Wanda llegó los encuentros dando por hecho que era muy complicado que el ayuntamiento cediera un ápice y aceptara los planes de la empresa.

Ante el fracaso de las negociaciones, Wanda ha puesto en marcha el proceso por el que se despedirá a todos los trabajadores de su filial encargada del proyecto del Edificio España, así como otras medidas de desinversión.

Una inversión de 265 millones de euros

El grupo chino compró el Edificio España en julio de 2015 por 265 millones de euros al Banco Santander con la intención de rehabilitarlo y reformar su interior con un ambicioso proyecto. La idea era que el inmueble, que lleva una década sin uso, albergara en su interior un hotel, apartamentos de lujo y un centro comercial. El propietario del edificio puede demoler el interior, pero está obligado a respetar el aspecto de la fachada principal y los laterales mediante una reforma, dado su mal estado.

El desacuerdo viene dado precisamente por esa reforma. Tras diversos estudios, Wanda llegó a la conclusión de que la opción más segura y viable era desmantelar de forma controlada esas fachadas para volver a levantarlas con materiales idénticos pero nuevos y de mejor calidad. Sin embargo, el ayuntamiento de Madrid se opuso a esa opción y lleva meses exigiendo al propietario del Edificio España que repare los elementos degradados de las fachadas actuales.

Coste en empleos

Fuentes del proyecto han explicado a Okdiario que la opción que planteaba el ayuntamiento es técnicamente posible, pero económicamente inviable y con un alto riesgo para la seguridad de los obreros y las personas que pasen cerca del edificio.

La paralización del proyecto tendrá un alto coste en forma de puestos de trabajo. Una parte, como las 30 personas que forman la plantilla de Wanda Madrid, será en despidos. Otra, será como empleos que no se generarán, como por ejemplo en el caso del personal que estaba previsto contratar para realizar las obras de rehabilitación. A todo eso hay que sumar la plantilla que habría tenido el hotel, el centro comercial o la comunidad de vecinos de los apartamentos de lujo.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, se mostró en septiembre del año pasado contraria a la postura del equipo de Manuela Carmena. Dijo que existía riesgo de que la fachada se cayera si no se hacía la reforma defendida por Wanda. En todo momento, el consistorio se negó a aceptar la postura del inversor chino, a pesar de que la presidenta autonómica llegó a ofrecerse como intermediadora.