Economía
INFORME ANUAL AEB

El impuestazo y un mayor negocio disparan el 24% la fiscalidad de la banca, el doble que el beneficio

El sector aumenta el 12,5% sus resultados (19.524 millones) mientras reduce morosidad y vuelve a mejorar su ratio de eficiencia

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El impuestazo del gobierno a los llamados beneficios caídos del cielo por la subida de los tipos de interés se ha saldado con un aumento de la fiscalidad de los bancos españoles a, prácticamente, el doble en que lo han hecho sus resultados. Según el informe anual de la Asociación Española de Banca  (AEB) las entidades que operan en España han visto cómo el pago de impuestos crecía en 2022 el 23,7%, mientras sus beneficios han crecido al 12,5%. La asociación que preside Alejandra Kindelán cifra en 8.906 millones de euros los que han ingresado en Hacienda los bancos españoles con cargo al ejercicio pasado. Frente a ello, los beneficios de los bancos -por sus negocios globales- han superado los 19.524 millones.

Eso supone que, en términos absolutos, la carga fiscal total supone el 45,6% del resultado agregado del sector. El impuesto a la banca establecido por el Ejecutivo de Pedro Sánchez -en principio solo para los ejercicios de 2022 y 2023- grava al 4,8% los intereses y comisiones de todas las entidades con un volumen de negocio superior a los 800 millones en 2019 y afecta únicamente a la actividad que los bancos desarrollan en España.

El resultado del ejercicio (19.524 millones) aumenta en 2.171 millones en términos absolutos y representa una rentabilidad sobre el patrimonio (ROE) del 11%, por primera vez en varios años por encima de un umbral mínimo del habitualmente considerado coste del capital.

La AEB aglutina a 69 bancos que representan el 65% del sector español con más de 83.200 empleados en España y por encima de los 347.000 empleados en 27 países del mundo. El resto del sector está representado por la CECA, que agrupa a las antiguas cajas de ahorro y los bancos surgidos de ellas.

Más negocio y más margen

Según su último Informe Anual, los bancos de la AEB cerraron 2022 no solo con beneficios recórd derivados de la subida de tipos de interés y de un fuerte aumento en su actividad comercial; sino también con un importante fortalecimiento patrimonial.

Los activos totales medios (ATM) de las entidades crecieron el 7,7% en términos interanuales, mientras la rentabilidad sobre activos (ROA) crecía el 3,1% hasta colocarse en la banda del 0,66% frente (el 0,64% en 2021).

De hecho, el balance agregado de las 69 entidades que aglutina la patronal que preside Alejandra Kindelán aumenta en el año el 6,9% hasta superar los 2,96 billones de euros.

En los años anteriores a la guerra de Ucrania, con una curva de tipos plana, la banca española compensó con diversificación geográfica la estrechez de márgenes en la eurozona hasta el punto de lograr una rentabilidad sobre el capital (ROE) superior a la media de la zona euro. Aunque, según la AEB, este proceso no ha durado lo suficiente como para cubrir el coste del capital dictado por el mercado.

Tras años de curva de tipos plana; el cambio de política del Banco Central Europeo (BCE) como consecuencia de la lucha contra la inflación ha reanimado la generación de márgenes.

La banca española ha registrado en 2022 un fuerte aumento en su actividad comercial; especialmente en el segmento de las familias que, especialmente en la primera mitad del ejercicio registraron una fuerte demanda de hipotecas.

Los ingresos por comisiones netos superaron los 20.500 millones de euros, el 9,2% más que los obtenidos en el ejercicio precedente.

El margen bruto que, además del margen de intereses y las comisiones, recoge los dividendos cobrados, los resultados de operaciones financieras y otros resultados de explotación, y refleja la totalidad de los ingresos de la actividad típica, ha superado los 88.000 millones de euros en 2022, lo que supone el 3% sobre activos totales medios, rentabilidad que se encuentra entre las más altas de los países de la eurozona.

Sólo el margen de intereses de las entidades (la diferencia entre la rentabilidad del activo y los intereses que paga por los recursos que necesita para financiar ese activo) alcanzó los 65.309 millones de euros. Eso equivale a un crecimiento anual del 19% y a una rentabilidad sobre activos totales medios (ATM) del 2,22%, 21 puntos básicos más que en 2021. La cifra es especialmente significativa si se considera que, para la banca española, el margen de intereses es el principal componente de la cuenta de resultados, y representa en torno al 75% del margen bruto, frente a poco más de la mitad que, como media, supone para el resto de bancos de la Unión Europea.

En paralelo, los ingresos por comisiones (descontadas comisiones) superaron los 20.500 millones, el 9,2% más que el año anterior.

El aumento en la actividad también se ha reflejado en el lado del pasivo. En ese sentido, 2022 ha sido un buen ejercicio para la captación de depósitos de clientes minoristas en una actividad que ha sido paralela a una fuerte reducción de la financiación tomada de bancos centrales. Dicho de otro modo, mientras el Banco Central Europeo (BCE) subía los tipos de facilidad de crédito, los bancos españoles reducían las peticiones de liquidez a la institución que preside Christine Lagarde mientras incrementaban la captación de fondos entre particulares.

Con todo ello, el crédito a clientes supone el 58% del total de los activos de la banca asociada a la AEB (el 65% del sector español) al cierre del pasado año. Eso significa que la actividad crediticia a particulares aumenta el 7% en términos interanuales hasta superar los 1,7 billones de euros a nivel consolidado.

Solvencia y eficiencia

Esta mejora en la actividad, sin embargo, se ha desarrollado de forma muy rigurosa, con la mirada puesta en la calidad de los prestatarios. De hecho, la morosidad del crédito ha bajado en el año el 5,5%, pese al fuerte aumento de hipotecas durante la primera mitad del ejercicio, hasta quedar situada en el 3,4%, frente al 3,6% que mantenía al cierre de 2021.

Al mismo tiempo, la ratio de cobertura, es decir, a las provisiones realizadas de los créditos considerados de dudoso cobro, se mantiene en el 70%; lo que da idea del esfuerzo de protección desarrollado por las entidades españolas.

En esa línea de preparación ante posibles cambios de escenario, los bancos españoles han realizado un importante esfuerzo de refuerzo de balance durante el ejercicio pasado. Los recursos propios computables de máxima calidad dan lugar a una ratio de CET1 del 12,3%, muy por encima de los recursos propios mínimos exigidos.

La ratio de CET1 muestra la relación entre el capital de un banco y sus activos ponderados por riesgo. Es el capital de máxima calidad según la definición de la normativa bancaria europea e incluye acciones, beneficios no distribuidos y otras reservas realizadas por los bancos

Aunque no son las únicas. En 2022 las provisiones ante posibles pérdidas por deterioro de activos financieros rozaron los 16.000 millones que representan un importante aumento del 31% con respecto a las realizadas el ejercicio precedente. La cifra equivale al 0,54% de los ATM o, lo que es lo mismo, diez puntos básicos más que el año anterior.

Mientras tanto, la banca ha mantenido la política de austeridad en la gestión. Los gastos de explotación suben algo por encima del aumento del balance medio hasta el 1,39% de los ATM (el 1,38% en 2021). Eso ha permitido a las entidades mejorar si ratio de eficiencia hasta colocarla en el 46,4%; lo que supone una mejora de casi dos puntos porcentuales den solo un año (el 48,1% al cierre de 2021).