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Economía
Hacienda

Hacienda va a por ti y es oficial: ni se te ocurra hacer esto cuando saques dinero del cajero

Hasta hace poco tiempo, sacar dinero del cajero era algo rutinario, sin más. Nadie pensaba que esa simple operación pudiera llamar la atención de Hacienda. Pero las cosas han cambiado. La Agencia Tributaria lleva ya unos cuantos años vigilando con lupa los movimientos en efectivo, pero en la actualidad el control es mucho más estricto. El motivo para hacer esto tiene que ver con frenar el fraude fiscal y cortar el paso al dinero que se mueve sin rastro.

Lo curioso es que esta vigilancia no afecta sólo a quienes tienen más dinero, ni a empresarios con sociedades en paraísos fiscales. También puede salpicar a cualquiera que retire o ingrese una cantidad elevada de dinero en metálico. Y eso incluye a cualquiera de nosotros. Por eso, conviene saber dónde están los límites y qué operaciones pueden despertar las alertas del fisco, porque a veces ni siquiera hace falta mover una suma desorbitada para que salten las alarmas. En Hacienda lo tienen claro: los movimientos en efectivo son uno de los principales agujeros del sistema. Por eso los bancos están obligados a informar cada vez que un cliente saca o mete grandes cantidades. Y no, no hace falta que llegues a cifras astronómicas para llamar la atención. En realidad, todo depende de la frecuencia, del importe y de si las operaciones parecen o no justificadas.

Cuánto dinero puedes sacar o ingresar del cajero

Para resolver cualquier duda sobre el dinero que podemos retirar del cajero, debemos tener claro que la Agencia Tributaria puede pedir que justifiquemos ese efectivo si retiramos, y también si ingresamos, más de 3.000 euros. Pero no sólo eso, también cuando se utilizan billetes de 500 euros, aunque el total sea inferior. Es decir, que si retiras 2.000 euros pero se trata de billetes de 500, el banco lo comunicará igualmente.

Eso no significa que vayas a tener problemas, pero sí que el movimiento queda registrado. Y si esa cantidad se repite con frecuencia o encadena varias operaciones similares en pocos días, el sistema activa una alerta automática. Hacienda no se mueve por intuición, sino por patrones. Si detecta que alguien saca o ingresa dinero de forma repetida y sin una justificación clara, puede revisar el origen y pedir explicaciones.

Algunos bancos permiten sacar hasta 3.000 euros diarios sin pedir motivo, pero hacerlo varios días seguidos o dividir una cantidad grande en pequeñas retiradas suele levantar sospechas. De hecho, Hacienda se fija cada vez más en ese tipo de maniobras fraccionadas, precisamente porque muchos intentan pasar desapercibidos de esa forma.

Límites dentro y fuera de España: cuidado al viajar con efectivo

Cuando el dinero sale del banco, las reglas no desaparecen. De hecho, se vuelven aún más estrictas. Si llevas encima una cantidad importante en metálico, conviene saber que hay límites y que Hacienda no se lo toma a la ligera. En España, mover más de 100.000 euros en efectivo requiere rellenar un formulario llamado S1, donde se indica de dónde procede el dinero y para qué se va a usar. No es un simple papel: sirve para dejar constancia de que ese dinero tiene un origen claro y legal.

Si lo que haces es viajar, ya sea salir del país o entrar, el límite baja todavía más. Con 10.000 euros o más, estás obligado a declararlo, incluso aunque el trayecto sea dentro de la Unión Europea. Mucha gente lo desconoce y cree que con decir que el dinero es “para gastos del viaje” basta, pero no. Si te paran y no lo has declarado, pueden retener el dinero e imponerte una multa considerable. Todo por un olvido o, simplemente, por no haber sabido que la norma existe.

El objetivo de todo esto es claro: que no circulen grandes sumas sin control. El Estado quiere asegurarse de que el dinero tiene un origen legal y un uso transparente. Por eso, cada euro en metálico que sale o entra del sistema está más vigilado que nunca.

Qué sanciones puede imponerte Hacienda si incumples las normas

Aquí es donde empieza lo serio. Las sanciones pueden ir desde un simple aviso hasta multas y en algunos casos, elevada. Todo depende de la cantidad y de la gravedad de la infracción.

Si el movimiento no declarado es pequeño, inferior a los 3.000 euros, la sanción se considera leve, aunque puede suponer un recargo de hasta el 50 % de la cantidad no declarada. Pero cuando las cifras son mayores, especialmente si superan los 120.000 euros o hay indicios de blanqueo,  la cosa se pone fea: se considera muy grave, y la multa puede llegar al 150 % del importe.

Además, Hacienda puede pedir que les aportes la documentación que justifique el origen del dinero. Y en caso de no tenerlo, la investigación sigue su curso. Y si las explicaciones no convencen, se puede llegar a la situación en la que se inmovilicen fondos o abrir un expediente por delito fiscal. Los bancos, por su parte, también informan de cualquier movimiento sospechoso, incluso aunque no llegue al límite establecido.