FG señala a Guindos y al PSOE y exime a Rato del colapso de Bankia

La esperada primera intervención pública del expresidente de BBVA Francisco González se produjo al fin este miércoles, tres meses después de explotar con toda su virulencia el ‘caso Cenyt’ sobre presuntas escuchas ilegales que se está investigando en la Audiencia Nacional. Fue también en la Audiencia Nacional donde FG ha tenido que declarar aunque aunque como testigo, no como investigado, y en el marco de un caso completamente diferente: la salida a bolsa de Bankia en 2011, una OPS que acabó de la peor forma posible apenas un año más tarde: con la entidad intervenida y un rescate público de 22.400 millones de euros.

El banquero más buscado por los medios de comunicación no desaprovechó su oportunidad de desquite en la apenas hora y media de declaración ante Fiscalía y los abogados y dejó recados para todos aquellos enemigos que ha ido labrando durante sus dos décadas de presidente de BBVA. El Banco de España de Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) fue su primer objetivo con declaraciones como «la posición de Ordóñez sobre Bankia era de ganar tiempo, arreglar el tema sin que entrara el Estado. Se quiso crear la sensación de que todo iba bien… y no iba bien. El Banco de España no quiso afrontar ese problema”.

MAFO hace tiempo que está muerto políticamente. No ocurre lo mismo con Luis de Guindos, vicepresidente del BCE

Sin embargo, MAFO ya hace tiempo que está muerto políticamente y no tiene capacidad de  devolvérsela a FG. Que no esté sentado en el banquillo de los acusados es una circunstancia incomprensible para la gran mayoría. Otra cosa es Luis de Guindos, entonces ministro de Economía con Mariano Rajoy y actualmente nada menos que vicepresidente del Banco Central Europeo. FG ha dejado caer que Guindos sí que intervino en la gestión de Bankia antes y después de su intervención pública (extremo negado en todo momento por Guindos) y no sólo eso sino que fue el principal instigador de la salida a bolsa, una OPS que González ha calificado como «un gran error» y que ha dibujado como una iniciativa política de Ordóñez y sobre todo de Guindos.

«Había una sensación de que si la operación de salida a bolsa fracasaba, España colapsaba, y ese fue el gran error. Se hizo justamente lo contrario de lo que había que hacer”, ha indicado el banquero gallego, quien ha relatado las múltiples presiones «del poder político» que recibió BBVA para comprar acciones de Bankia y sumarse a la salida a bolsa de la entidad. Una operación que BBVA no veía claro, según ha relatado FG, porque los inversores internacionales, «que no tienen ningún tipo de presión», se habían bajado del barco y habían decidido no comprar acciones, lo que posteriormente se acabó demostrando como una buena decisión.

Sobre el poder que Guindos tenía en la entidad, FG ha llegado a decir que «el que llevaba la iniciativa era el ministro» hablando sobre la cena del 6 de mayo de 2012 en la que FG, Rodrigo Rato, Guindos, Emilio Botín e Isidre Fainé quedaron para hablar del futuro de la entidad. Allí, FG ha reconocido que pidió a Rato que se marchara, petición a la que se sumó Botín (y evidentemente Guindos) mientras que Fainé no decía nada.

Según el relato del expresidente de BBVA, Bankia y su salida a bolsa fue un tema que dejó completamente fuera a Rato, pues había sido el Banco de España y Guindos quienes habían presionado a los inversores en los meses anteriores a la salida a bolsa para lograr el concurso de todos ellos. En varias ocasiones FG ha dejado claro, incluso aunque no le preguntaran por ello, que la responsabilidad fue del PSOE, en cuanto que partido de MAFO, y de Guindos, los primeros por no haber atajado en ningún momento los problemas inmobiliarios de Bankia y el segundo por haber forzado la máquina de una OPS en la que el mercado no creía y de la que el propio González se ha mostrado como firme opositor al señalar que «intentamos que no se hiciera al decir que un banco como BBVA no apostaba por ella».

En defitiva, de atender al testimonio de González, Rato sería poco menos que una persona inocente sentada en el banquillo, al menos en el caso de la salida a bolsa.