Economía
Subida de impuestos

Los expertos avisan que el sablazo fiscal a los ‘ricos’ provocará una fuga de capitales de 500 millones

Lejos de recaudar 400 millones, el Estado podría dejar de ingresar dinero

La recaudación podría caer entre 500 y 2.500 millones de euros

El PSOE se ha lanzado a anunciar subidas de impuestos para las rentas altas. Para ellos plantea, tal y como ha adelantado OKDIARIO, un nuevo tipo máximo del 49% -frente al 45% que pagan actualmente-. Prepara una elevación del tipo conjunto del IRPF y Patrimonio por encima del 60% actual. Y, además el Gobierno pretende elevar el Impuesto sobre Patrimonio y aplicarlo de forma obligatoria en todas las comunidades autónomas.

Sólo con la primera de las medidas -la elevación del tipo máximo hasta el 49% para las rentas superiores a 140.000-150.000 euros- el PSOE ha anunciado que se conseguirá una recaudación extra de 400 millones de euros. La cuantía no parece excesiva como para solventar ninguno de los problemas económicos que tiene España -cada año la economía nacional genera un déficit cercano a los 25.000 millones de euros- pero sí produciría un profundo daño a la captación de talento a España -directivos, deportistas, investigadores o empresarios extranjeros pasarían tener un incentivo menos para venir o permanecer en España-.

Pero, al margen de ello, los estudios realizados por diversos economistas niegan además el logro de ese aumento de 400 millones de recaudación. De hecho, y más bien al contrario, advierten de que se produciría un retroceso en los ingresos del IRPF totales, además del daño a las rentas atas, a la imagen de España y a la captación de profesionales.

La explicación se encuentra en la posible fuga de talento y profesionales y en el posible tránsito de esas rentas hacia otras fórmulas de pago que pudiesen escapar al sablazo tributario del PSOE.

Daniel Lacalle, economista de cabecera del PP de Pablo Casado, destaca que las rentas de 150.000 euros abonan unos 84.000 euros al año en concepto de impuestos, sin contar con el pago adicional de impuestos indirectos -principalmente el IVA y los Especiales-, al ahorro, a la vivienda, etc. Es decir, que pagan ya el equivalente a unos cuatro sueldos brutos medianos y sólo por esos impuestos directos -donde el principal es el IRPF-.

La posibilidad de fuga de talento y rentas en estas capas haría que lejos de incrementarse la recaudación se hundiese en un mínimo de 500 millones y un máximo de 2.500 millones de euros bajo determinadas circunstancias. En resumen, que encima la reforma no sólo no ayudaría a recaudar, sino que se perdería dinero en las arcas del Estado.

La base de estos cálculos de Lacalle se encuentra en el estudio Ingresos brutos informados y tipos impositivas marginales: estimación de las reacciones de comportamiento de los contribuyentes españoles, un estudio de José Félix Sanz-Sanz ,María Arrazola-Vacas ,Nuria Rueda-López y Desiderio Romero-Jordán. Ese estudio, que no ha sido elaborado a raíz del anuncio del PSOE ni mucho menos, estima, lo que se conoce como «elasticidad de los ingresos brutos informados con las tasas impositivas marginales”. Es decir, cómo se comporta el contribuyente a medida que se le suben los impuestos y afectan a rentas más altas.

El cálculo es claro. “La elasticidad promedio estimada para España en su conjunto es de 0.676. Sin embargo, esta elasticidad está muy dispersa en todas las regiones administrativas españolas, lo que indica el poder desigual de distorsión del impuesto. Por lo tanto, los hogares cuya principal fuente de ingresos es el salario muestran una elasticidad de 0.337, en comparación con 0.682 para los hogares cuya principal fuente de ingresos proviene de negocios o ahorros”.

Puesto que ese colectivo de personas con negocios y ahorros se encuentra de forma prioritaria precisamente en esas rentas altas, esa posibilidad de esquivar el golpe fiscal se concentra ahí.