Los españoles asfixiados: el recibo de la luz se encarece un 64% en enero respecto al año pasado
La luz sigue vaciando los bolsillos de los españoles. En enero el recibo medio de la luz para un consumidor en la tarifa regulada se ha encarecido un 63,8% respecto al mismo mes de 2021. En concreto, la factura media para un consumidor doméstico se disparó hasta los 122,13 euros en los primeros 31 días de 2022, mientras que el recibo medio un año antes se situó en 74,56 euros, un mes que registró precios entonces máximos en el pool en su primera quincena debido a la borrasca Filomena. Así, sólo en enero los españoles pagarán en torno 47,6 euros más que en el igual mes del ejercicio precedente.
No obstante, 2022 ha arrancado más barato que termino el año 2021. De hecho, la factura media se rebajado un 5,3% en enero con respecto al pasado mes de diciembre, en que alcanzó su precio más alto de la historia. En concreto, la factura media fue casi 6,5 euros más barata que en diciembre, cuando se elevó hasta los 128,61 euros, según datos del simulador de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Este recibo de la luz corresponde a un consumidor medio con una potencia contratada de 4,4 kilovatios -la misma en horario punta y valle- y una demanda anual de 3.900 kilovatios hora -que consume el 45% de la electricidad en el horario valle, el 29% en el horario punta y el 26% en el horario llano-, propia de una familia con dos hijos.
Este descenso en el recibo de la luz con respecto a diciembre se debe principalmente a la ligera disminución en el precio de la electricidad en el mercado mayorista. En el último mes de 2021 la media ascendió a 239,1 euros/MWh; mientras que el récord se registró el pasado 23 de diciembre, cuando de la luz se disparó hasta los 383,67 euros/MWh.
La luz en 2021
El precio de la luz comenzó a subir en la segunda semana de enero de 2021, hasta alcanzar los 90 euros/MWh. Sin embargo, durante los meses siguientes los precios se estabilizaron hasta junio, cuando el Gobierno de Pedro Sánchez aprobó un sistema que pretendía «incentivar un consumo eficiente de electricidad trasladando la demanda hacia las horas ‘valle’ frente a las ‘punta’.
Fue a partir de entonces cuando el precio de la luz se desbocó, lo que obligó al Ejecutivo a aplicar una serie de rebajas fiscales. Concretamente, bajó el IVA de la electricidad del 21% al 10%; suspendió el impuesto a la generación eléctrica, que es del 7%, y bajó el impuesto especial de electricidad que reciben las comunidades autónomas a un mínimo del 0,1%.
Pero los precios continuaban descontrolado. Llegó octubre y se batieron todos los récords, subiendo por encima de los 200 euros/MWh dos de cada tres días. Así, para un consumidor acogido a la tarifa regulada, la factura de la luz se situó por encima de los 86 euros. Pero la guinda del pastel la puso diciembre, que se llevó el título del mes más caro del año.