Economía
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España se queda sin alternativas: los países exportadores de aceite y cereales cierran sus mercados

España se encuentra a la caza de nuevos países exportadores para sustituir las materias primas que importaba de Ucrania y que ahora se han encarecido por la invasión rusa de Ucrania. Sin embargo, muchos estados que podrían sustituir las importaciones ucranianas están comenzando a cerrar sus mercados de exportaciones para aumentar sus reservas y no verse afectados por la volatilidad de los precios, como es el caso de Indonesia, Serbia, Bulgaria o la propia Ucrania.

En el caso de Indonesia, hay una materia prima que se ve principalmente afectada: el aceite de palma. Es el aceite vegetal más utilizado en el mundo y se utiliza en la fabricación de productos  como galletas, margarina, detergentes para ropa y chocolate. Los precios del aceite de palma han aumentado más del 50% este año. El ministro de Comercio de Indonesia, Muhammad Lufti, afirma que las restricciones a la exportación tienen como objetivo garantizar que los precios del aceite de cocina en el hogar sigan siendo asequibles para los consumidores.

Los futuros del aceite de palma de Malasia subieron a un máximo histórico tras el anuncio de Indonesia, mientras que los precios del aceite de soja alcanzaron un máximo de 14 años, disparándose casi un 40% este año. De esta forma, a la carestía de aceite de girasol que se está produciendo en el mercado español, se suma la falta de aceites vegetales sustitutivos, lo que vaticina un alza todavía mayor en los precios y que el racionamiento que ya ha llegado a los supermercados se prolongue durante más tiempo.

El stock de maíz de Serbia era otro de los elementos exportados que España estaba barajando para sustituir las importaciones de cereales ucranianos. Sin embargo, este mismo miércoles, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, ha anunciado la prohibición de las exportaciones de harina, maíz, trigo y aceite, ante un aumento de precios y de la demanda en el mercado internacional causados por la invasión rusa de Ucrania. Por su parte, Bulgaria también ha anunciado que aumentará sus reservas de cereales y podría restringir las exportaciones hasta que haya realizado las compras previstas, al igual que Bulgaria que ha prohibido sus exportaciones de grano. Los suministros de cereales en Rumania, un importante exportador, también se han reducido a medida que los compradores internacionales buscan alternativas a los suministros de Rusia o Ucrania, aunque en la actualidad no se ha efectuado ninguna prohibición.

Rusia y Ucrania, protagonistas de este conflicto, también han blindado sus mercados exportadores. El presidente ruso, Vladímir Putin, firmó este martes un decreto de «medidas especiales» para garantizar la economía de Rusia y en el que autoriza al Gobierno a prohibir exportaciones de productos y materias primas. En el decreto queda prohibido «exportar fuera de la Federación Rusa» productos y materias primas, que quedarán explicitadas en la lista que apruebe el Gobierno ruso en los próximos dos días. Asimismo, el gobierno de Ucrania ha prohibido las exportaciones de centeno, cebada, trigo sarraceno, mijo, azúcar, sal y carne hasta finales de este año

La otra alternativa es importar desde países extracomunitarios, lo que tiene un riesgo añadido: las trabas burocráticas. Y es que, Estados Unidos o Brasil utilizan métodos no homologados por la Comisión Europea para la fabricación de estos productos transgénicos, incumpliendo así la normativa comunitaria. Para no incurrir en sanciones por parte de Bruselas y que puedan ser mercados exportadores alternativos para España, habría que flexibilizar las directrices europeas, algo que ya está en la agenda del Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE), que se reunirá el día 21 en Bruselas. España, como uno de los principales afectados por su alta dependencia de Ucrania, “seguirá trabajando para conseguir que se flexibilicen” los mecanismos de importación de la UE, “especialmente de Argentina y EEUU”.

La última opción para España es aumentar sus cosechas propias. Sin embargo, la guerra de Ucrania también está poniendo en peligro las perspectivas de cosechas, ya que los precios de los fertilizantes se disparan y los suministros se reducen en respuesta a un fuerte aumento en el costo del gas natural, un componente clave en el proceso de fabricación de muchos productos. Yara, uno de los mayores fabricantes de fertilizantes del mundo, dijo el miércoles que estaba reduciendo su producción de amoníaco y urea en Italia y Francia. La compañía noruega ha advertido en varias ocasiones que el conflicto amenaza directamente el suministro mundial de alimentos.