En España hay cientos de presos con fotos de Bin Laden y banderas del ISIS en sus celdas
Los funcionarios de prisiones españolas denuncian ver constantemente en las cárceles de nuestro a país a presos con fotografías de Bin Laden y pósters del ISIS con tendencia yihadista. Según explican, todos creemos que el problema se termina cuando se detiene a los terroristas, sin embargo, el peligro sigue ahí, pues su siguiente objetivo es ‘contagiar’ a otros presos para que maten en nombre de su religión.
“Frente a estos presos tan radicales no podemos dejar que se pudran en la cárcel, tenemos que reinsertarles desde el primer momento que pisan el módulo”, explica Juan Luis Escudero, portavoz de los funcionarios de prisiones. Así, desde las cárceles piden más medidas para evitar el efecto contagio de estos autoproclamados mártires al resto de la población penitenciaria.
«Si antes era habitual ver en las celdas habitadas por internos musulmanes, imágenes de ídolos futbolísticos; ahora, también aparecen fotografías de terroristas como Bin Laden o miembros del ISIS”
Como es lógico, son los internos musulmanes más jóvenes los de mayor riesgo, ya que muchos de ellos, según explican los funcionarios, han llegado a nuestro país en difíciles circunstancias o han nacido en España en entornos marginales. “Alguno de estos terroristas ya habían pasado por nuestras cárceles por delitos de delincuencia común, la mayoría relacionados con las drogas o con robos con intimidación y violencia. Si antes era habitual ver en las celdas habitadas por internos musulmanes, imágenes de ídolos futbolísticos como Zidane o de otros futbolistas de origen argelino o de esas regiones; ahora aparecen fotografías de terroristas como Bin Laden o con banderas del ISIS”, subrayan desde CSIF.
Pero, ¿qué hacen los funcionarios cuando las ven? Según explica Escudero a OKDIARIO, «se las retiramos inmediatamente». Y, ¿qué dicen los presos cuándo se las retiran? «Ellos no lo entienden, para ellos Bin Laden y estos terroristas son mártires, son una especie de ‘Che Guevara’», continúa el portavoz de los funcionarios. «Para ellos este mensaje radical no deja de ser una redención, por ello abrazan con tanta fuerza al Islam», subraya.
Por todo esto, desde las prisiones españolas creen que esta desradicalización debe empezar desde el primer momento en el que los terroristas ingresan en un centro penitenciario. Y, pese a que es obvio que existen predicadores de la yihad en las cárceles, los funcionarios creen que es “alarmante” la “falta de medios humanos y materiales” con los que cuentan.
«Es alarmante la falta de medios humanos y materiales que tenemos para luchar contra la yihad en las cárceles»
Tal y como explican desde el sindicato mayoritario de funcionarios, “dos o tres funcionarios deben controlar patios con más de 100 internos y, además, supervisar a presos musulmanes para evitar su radicalización”. De hecho, recientemente ya se rechazó el reconocimiento expreso de los trabajadores penitenciarios como agentes de la autoridad. Fue el pasado 28 de junio, cuando se votó una proposición no de Ley para el reconocimiento de Agentes de la Autoridad a los Funcionarios de Presiones dentro de la Comisión de Interior, pero fue rechazada por 18 votos en contra frente a 17 votos a favor.
Bajo el punto de vista de muchos funcionarios, el discurso dominante entre nuestros responsables políticos de diverso signo ideológico ha sido el negacionismo o la minimización del problema yihadista, “sosteniendo que en las cárceles no existe ningún problema grave con el radicalismo islámico”. Pero, según cuentan en CSIF por fuentes de inteligencia, “nos previenen que las prisiones pueden ser una escuela de reclutamiento destinadas a crear células terroristas para puedan actuar fuera o dentro de nuestro país”.
“Dos o tres funcionarios deben controlar patios con más de 100 internos y, además, supervisar a presos musulmanes para evitar su radicalización”
Y es que, en contra de la mayoría de presos de bandas, los yihadistas reclutan y adoctrinan interno a interno, lo que “hace mucho más difícil detectar la radicalización del preso”.
Más medidas
Por todo esto, desde CSIF acusan la “falta de reglamentación de los grupos de funcionarios encargados del seguimiento y control de los internos radicalizados”, ya que, según explican, “hace que se pierda información de vital importancia para los cuerpos y las fuerzas de seguridad”.
CSIF, de hecho, ya denunció el caso de un Jefe de Unidad al que, en un primer momento, se le negó la compensación de unos cursos sobre las costumbres en el Magreb, a pesar de tener un tercio de los internos de su módulo de esta procedencia. Sin embargo, finalmente se le acabó reconociendo el derecho al funcionario.
“Tampoco existe un control específico sobre los imanes que entran en los centros penitenciarios, ni un cuerpo de profesionales capaces de traducir del árabe al castellano o al catalán”, se quejan los funcionarios, que recuerdan que “el Ramadán acostumbra a ser un momento crítico de gran presión ambiental”. De hecho, es en el Ramadán, según explican en CSIF, cuando se producen más conflictos con el resto de la población penitenciaria y con los funcionarios, especialmente aquellos de sexo femenino. «Ellos no aceptan que una mujer les de órdenes», subraya Escudero a OKDIARIO.
“El Ramadán acostumbra a ser un momento crítico de gran presión ambiental”
“No queremos que se identifique a la totalidad de la población penitenciaria de origen árabe que cumple su condena en los diferentes centros penitenciarios con este fenómeno porque se trata solo de una minoría de internos los que caen en esta radicalización”, recuerdan; pero, “es evidente que, si no se destinan todos los recursos humanos y materiales necesarios, nuestras cárceles pueden ser un vivero de integristas”.