Empresas y patrimonios aceleran el cierre de operaciones y dividendos para evitar el rejón fiscal
Aunque los asesores ya advertían de que el año que viene sería mucho peor fiscalmente que el actual, la presentación de los Presupuestos Generales del Estado y la dialéctica del vicepresidente Pablo Iglesias aceleran las consultas para cerrar acuerdos antes del 31 de diciembre.
La presentación del anteproyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado por parte del Gobierno ha hecho saltar las alarmas en muchos grandes y no tan grandes patrimonios y en empresas. El rejón fiscal del Ejecutivo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias es inminente y entrará en vigor, si todo va según el calendario más probable, el 1 de enero de 2021. Es por ello que en los últimos días se están disparando las consultas fiscales para intentar adelantar el pago de dividendos y también el cierre de operaciones con plusvalías con límite de 31 de diciembre de 2020.
Según varias fuentes fiscales consultadas por este periódico, entidades financieras se están reuniendo con sus asesores para ver cómo tratar de evitar el pago fiscal extra que vendrá en apenas dos meses. El aumento de los impuestos a las rentas del capital se producirá, si PSOE y Podemos consiguen sacar adelante su ley, por dos vías: por un lado se produce un aumento en los dividendos que cobran las personas físicas y por tanto tributan en el IRPF. Por encima de 200.000 euros de dividendo se aumenta la tributación hasta el 26%, estando ahora en el 23%.
Por otro lado, en el impuesto de sociedades se elimina la exención del 100% a la tributación por los dividendos cobrados o bien desde el extranjero o bien en sociedades filiales, pasándola hasta el 95%, por lo que se pagará por un 5% de estos dividendos al igual que de las plusvalías tras realizar ventas de activos.
«El que pueda anticipar dividendos este año lo hará, mejor hoy que mañana», relata a este periódico un asesor fiscal. «Con respecto a las plusvalías por ventas de empresas, sabemos que ahora de repente han entrado las prisas para cerrar antes de enero las ventas de activos que estaban en negociación. Pero queda poco tiempo y no es tan fácil muchas veces completar una operación de este tipo cuando hay por medio un holding familiar que quiere vender para quedarse con la tesorería, por ejemplo».
«Esto puede provocar que muchos dividendos se queden en las sociedades filiales en otros países sin cobrarse y que se busquen otras maneras para que no paguen el impuesto», señala a este periódico el economista Javier Santacruz. «Existen formas de hacerlo de modo legal y yo creo que habrá dos tipos de reacciones. Por un lado pagar en dividendos en forma de recompra de acciones, adquiriendo autocartera. Otra opción es hacerse con sociedades que no entran dentro del perímetro de consolidación del grupo porque tienes un porcentaje pequeño de las mismas y de este modo no pertenecen al mismo grupo consolidado».
Otro notable asesor fiscal comenta a este periódico que están dando por hecho que los cambios fiscales entrarán en vigor el 1 de enero de 2021, aunque técnicamente también podrían hacerse para que devengaran con fecha 31 de diciembre, es decir para este año 2020. Pero esta opción, aseguran, no es prudente porque se podría ir a los tribunales alegando que no se han vigilado los derechos, ya que hasta ahora se tienen en cuenta las reglas tributarias del IRPF que hay actualmente en vigor.
«Viendo las cifras que ha dado el Gobierno en el Plan Presupuestario enviado a Bruselas entendemos que será para 2021, y ningún Gobierno sensato se metería a cambiar las reglas fiscales de 2020 cuando estamos terminando el año. Lo que está claro es que les estamos diciendo a nuestros clientes que compensa sin ninguna duda organizar repartos de dividendo de manera que sean esos dividendos de forma que sean exigibles hasta el 31 de diciembre de 2020».
Sin embargo, las empresas tienen que organizar la junta de accionistas para aprobar el pago de un dividendo a cuenta de 2020, y no todas pueden organizarlo por su estructura antes de final de año, por lo que tan solo las familiares donde sea fácil reunir al accionariado tienen forma de hacerlo.
«Adelantar dividendos es la medida»
«Este año, adelantar dividendos es la medida», confirma un asesor fiscal que ha dicho a sus clientes. Hay que tener en cuenta que el 5% de impuestos sobre el dividendo se le aplica a la empresa, que luego a su vez paga el impuesto de sociedades. Esto quiere decir que en la práctica es un 25% -tasa del impuesto de sociedades- de un 5%, es decir un 1,25%.
«Merece la pena correr y hacer las cosas mal por un 1,25% de impuestos? Se pregunta un asesor fiscal bajo condición de anonimato. «Las operaciones sabes cuando empiezan pero no cuando acaban. Lo pides en quince días y tres meses después sigues peleándote en otra parte. No es tan fácil cerrar una operación, en otras ocasiones dependen de la aprobación del regulador… con lo cual no surte efecto y se pasa al año siguiente».
Otro fiscalista muy conocido asegura que «en las charlas nos piden muchas entidades financieras que les contemos esto, cómo les impacta y qué recomendaciones tenemos de cara a final de año. Distribuye los dividendos, si vas a vender una filial véndela ya».
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