Economía

Las empresas españolas pierden 4.000 euros anuales por cada trabajador que fuma en horario laboral

La Ley antitabaco española prohibe expresamente fumar en los puestos de trabajo y por eso los adictos a la nicotina tienen que salir al exterior a saciar sus ansias. Esos hábitos pueden suponer para la empresa unos 4.000 euros al año por cada fumador, según cálculos de la consultora de negocios Watch & Act.

En España, el 30% de la población consume cigarrillos de forma diaria, según datos de Tobacco AtlasEsa cifra se eleva al 40% en el caso de los adultos en edad de trabajar, por lo que el tiempo empleado por cada consumidor de tabaco supone una pérdida importante en términos de productividad para la empresa.

La consultora estima que las paradas para «echar un cigarrito» pueden sumar hasta media, lo que supone una pérdida aproximada a finales de año de unos 4.000 euros por cada fumador en nómina. Y es que Watch & Act calcula que, restando las fiestas y los fines de semana y teniendo en cuenta el 6% de absentismo laboral que existe en nuestro país, nos quedan 208 días de trabajo anuales.

El coste medio por trabajador para la empresa es de 21 euros la hora y los fumadores gastan una media de 4 minutos por cigarro, otros 4 entre salir y volver a su puesto laboral y 2 minutos más para retomar la concentración. De este modo, se puede concluir que se produce un gasto de 4.382 euros al año por fumador para la organización.

Los fumadores aportaron 9.110,5 millones de euros a las arcas públicas en 2016 mediante el pago de los impuestos que gravan todos los tipos de tabaco, que son dos: los Impuestos Especiales y el IVA, según datos de la Asociación Empresarial del Tabaco (Adelta). Esta cantidad supone supone la mitad del gasto presupuestado en 2016 para el pago de las prestaciones por desempleo.

Adelta destaca que una de las razones de la elevada recaudación ha sido la lucha contra el contrabando, a pesar de que en términos absolutos los ingresos tributarios por la venta de tabaco se mantienen prácticamente en los mismos niveles que el pasado año. Es posible que en 2017 aumenten como consecuencia de la reciente subida fiscal aprobada por el Ministerio de Hacienda

En ese sentido, el creciente intervencionismo del Gobierno en materia de tabaco, alimentos y bebidas ha provocado que España escale dos posiciones en el ranking que mide las trabas que pone el estado en estos campos, según se desprende del informe ‘Estado Niñera: comer, beber y fumar en Europa’ elaborado por Epicenter y divulgado en España por el Foro Regulación Inteligente.

En concreto, España ha pasado del puesto 21 al 19 en el último año (cuanto más arriba, más intervencionismo). La categoría donde los políticos españoles han puesto más trabas es la del tabaco y, las que menos, la comida y la bebida, donde nuestro país es el que más facilidades da de todos los socios comunitarios. No obstante, el impuesto a las bebidas azucaradas podría amenazar esta posición.