Economía
Ahorro

Los economistas insisten: si tienes 30 años y no tienes ahorrado este dinero, tienes un problema

Una analista tiene un método que te permite saber la cantidad que debes tener ahorrado a los 30

Un método de ahorro que tiene muy en cuenta no sólo la edad, sino la cantidad de salario anual que se gana

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La edad legal para comenzar a trabajar en España es a los 16 años, tal y como señala el Ministerio de Trabajo y Economía Social a través del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Sin embargo, es posible que una persona joven que empieza a trabajar durante antes de la veintena, o durante este periodo, lo haga con un trabajo a tiempo parcial o un trabajo que no le aporte un sueldo muy elevado. Siempre hay excepciones, pero los ahorros en esta primera etapa laboral es posible que no sean muchos. Sin embargo a partir de los 30 ya deberíamos tener algunos objetivos en mente que nos hagan pensar de otro modo en la posibilidad de tener dinero ahorrado y evitar precisamente el problema que algunos economistas señalan que podríamos tener.

Nadie nos puede obligar a ahorrar, y más teniendo en cuenta el estilo de vida y  la situación laboral de cada uno. Sin embargo, todos los economistas recomiendan que lo hagamos desde que comenzamos a trabajar y en especial que a partir de los 30 ya tengamos un pequeño capital que nos sirva para por ejemplo, adquirir una vivienda o tener un ‘colchón’, ante cualquier imprevisto que surja o para cualquier gasto ‘extra’ que tengamos. Pero ¿de qué cantidades hablamos si queremos estar realmente tranquilos? No existe una respuesta única al respecto pero sí que podemos tomar como ejemplo, el método inventado por Kimmie Greene, analista del departamento de marketing de la compañía de ‘software’ Intuit y que puede hacer que tengamos una idea más clara sobre la cantidad de dinero ahorrado  a los 30.

Si tienes 30 y no tienes ahorrado este dinero, tienes un problema

¿Has llegado a los 30 años o estás a punto de ello y comienzas seriamente a pensar en los ahorros? Puede que por tu situación hayas tardado años en tener cierta estabilidad laboral y es ahora el momento en el que te planteas guardar parte de tu sueldo, para que al final puedas acumular un buen capital, pero ¿qué cantidad es la recomendada o puede resultar más factible? El ‘método Greene’ inventado por Kimmie Greene, parece ser la clave que además comparten economistas y entidades bancarias como el BBVA que de hecho, lo explica desde su página web.

Así funciona el ‘método Greene’ para ahorrar dinero

El sistema propuesto por Kimmie Greene se basa en una premisa sencilla pero poderosa: vincular la cantidad de ahorros recomendada al salario bruto anual de cada persona. Según esta metodología, la cantidad que deberías haber ahorrado a una determinada edad debe estar directamente relacionada con tu ingreso anual. Este concepto no sólo es lógico, sino que es lo suficientemente flexible como para adaptarse a las distintas realidades económicas de cada persona.

Greene sugiere que, a los 30 años, lo ideal es haber acumulado el equivalente a un año de salario bruto. Esto puede sonar abrumador para algunos, pero tiene sentido cuando consideramos que durante la década de los 20 ya podemos trabajar, construyendo las bases para su estabilidad financiera futura.

Para ponerlo en números, si tu salario bruto anual es de 20.000 euros, a los 30 deberías tener ahorrados esos 20.000 euros. Si ganas 30.000 euros, tus ahorros recomendados para esa edad serían de 30.000 euros. No es una cifra arbitraria; el objetivo es asegurarte de tener un colchón financiero que te permita hacer frente a imprevistos y te brinde seguridad en el largo plazo.

Los primeros años: ahorra un 25% de tu sueldo

Uno de los pilares del método inventado por Greene es empezar a ahorrar tan pronto como sea posible. La recomendación es guardar un 25% de tu salario desde el momento en que empieces a trabajar de manera estable, lo que en países como España suele ser alrededor de los 20 años.

Este consejo puede parecer difícil de seguir, sobre todo si tenemos en cuenta los gastos típicos de esta etapa de la vida: alquiler, ocio, viajes, estudios, etc. Pero el objetivo es crear un hábito de ahorro desde una edad temprana, lo que facilitará el cumplimiento de las metas financieras a largo plazo.

De este modo, nos podemos imaginar a una persona que comienza su vida laboral a los 23 años con un salario de 18.000 euros brutos anuales. Según Greene, esta persona debería apartar el 25%, es decir, 4.500 euros al año. Aunque pueda parecer una cifra alta, el esfuerzo tiene sus frutos. Este hábito permite construir una base sólida de ahorros que, a los 30, debería haber alcanzado el equivalente a un año de salario.

¿Y qué pasa si no llegas a los 30 con el año de salario ahorrado?

Dependiendo de cada situación, seguro que habrán muchos que llegan a los 30 años sin haber alcanzado la meta del método Greene, dado que factores como el costo de la vida, los compromisos familiares o los imprevistos médicos pueden poner trabas en el camino.

En España, por ejemplo, donde los salarios son comparativamente más bajos que en otros países europeos y el precio del alquiler es alto, muchos jóvenes optan por seguir viviendo en casa de sus padres para ahorrar. Esta estrategia puede ser útil, pero no garantiza que se alcancen los objetivos financieros que propone Greene.

Si te encuentras en esta situación, no todo está perdido. El ‘método de Greene’ está pensado como una guía, no como una regla inquebrantable. Lo más importante es empezar a crear una estrategia de ahorro que te permita recuperar el tiempo perdido. Quizás no consigas ahorrar el equivalente a un año de salario a los 30, pero lo relevante es trabajar en acercarte a esa meta a medida que avanzas en tu carrera.

¿Y qué pasa después de los 30?

Eso sí, debes tener claro que el método de Greene no se detiene en los 30 años. Su enfoque es progresivo y tiene en cuenta las diferentes etapas de la vida. A medida que tu salario crece y tus responsabilidades aumentan, también deberían hacerlo tus ahorros. De este modo, cada cinco años deberías acumular el equivalente a un salario bruto anual adicional. Es decir, a los 35 deberías haber ahorrado el doble de tu salario anual; a los 40, el triple; y así sucesivamente. El objetivo es que cuando llegues a la edad de jubilación, alrededor de los 65 años, tengas ahorrado el equivalente a ocho años de salario bruto.