Cómo gestionar la música en un negocio para captar (y no ahuyentar) clientes
La música está plenamente presente en nuestras vidas. Cada persona tiene sus propios gustos y preferencias al respecto y, gracias a las nuevas tecnologías e Internet, podemos encontrar muchos grupos de distintos estilos que tocarán y cantarán alguna canción que nos gustará en especial.
La música es, aunque no nos demos cuenta, un elemento de gran poder sobre nosotros porque nos crea una emoción, una sensación especial. Este hecho, como no podía ser de otro modo, es aprovechado para los expertos en marketing para conseguir sus objetivos en referencia a sus objetivos de captación de clientes. Todo está pensado y estudiado: qué música suena en el establecimiento, qué melodía acompaña un anuncio o campaña…
Según cuál sea nuestro público objetivo y el momento en el cual nos dirigimos al cliente, se escogerá una música u otra. A continuación, mostramos algunos consejos que pueden ser de utilidad al respecto:
Se puede aprovechar la música para posicionarse
Cada estilo musical o cantante se asocia a un determinado estilo. A la vez, a este estilo musical se le asocian una serie de valores o forma de vida y de entender el mundo determinada. Por lo tanto, el hecho de hacer sonar una música, ya sea en la publicidad o en el lugar de venta, es un elemento que ayuda a la empresa a ser reconocida como tal respecto el público objetivo que desea captar. Igualmente, solamente con la música no bastará.
Es decir, es un aspecto más de otros muchos que se deberán de tener en cuenta, no el único. Es importante especialmente que todas las actuaciones del día a día vayan de acuerdo con los valores a transmitir y que la propia ubicación y estructura y organización del establecimiento siga la misma línea.
En un anuncio, nunca debe de ser el elemento principal
La música debe entenderse como un elemento de compañía, nunca el centro de la acción. Si la música está demasiado alta, entonces el cliente no puede percibir con nitidez cuál es el mensaje ni el producto que se presenta. Si, al acabar el anuncio, queda en la mente la música y no el producto, es que se ha actuado de forma errónea en este aspecto.
En un establecimiento, no debe de estar especialmente alta
En el espacio de compra, hay que favorecer la relación entre el vendedor y cliente y entre los mismos clientes. Si la música está demasiado alta (como pasa, a veces, por ejemplo, en según qué tiendas de ropa), entonces se dificulta la comunicación y empuja al cliente a salir de allí
Si el público es exclusivo, debe utilizarse música tranquila
Las melodías más tranquilas se asocian a espacios más exclusivos, tranquilos y ordenados, en los cuales se premia la atención personalizada.
Para públicos masivos, música animada
Para conseguir un alto número de ventas, unas música activa y hasta bailable fomenta la compra de productos más regulares y de consumo habitual.
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