Cómo comprar Talgo sin lanzar una OPA y no morir en el intento
BBVA financiará la operación de compra de Talgo para suavizar la postura del Gobierno sobre Sabadell
Nuevo capítulo del culebrón de Talgo, que amenaza con alargarse tanto como una telenovela turca porque éste tampoco parece que vaya a ser el episodio final. El Gobierno, ante la enorme complejidad de la fusión con la checa Skoda, ha buscado un nuevo comprador potencial para sustituir a los húngaros de Ganz-Mavag cuya OPA vetó porque… no se sabe por qué (no es broma, se escudó en unos informes secretos).
Este candidato es Sidenor, empresa siderúrgica vasca propiedad de José Antonio Jainaga. Tanto el Ejecutivo de Pedro Sánchez como el Gobierno vasco de su socio PNV se han apresurado a apoyar la operación con los consabidos argumentos de españolidad/vasquidad, mantenimiento de la sede y del empleo, impulso a la industria y tal.
Pero más allá de las declaraciones vacías, hay que mirar las cosas de comer. Y ahí es donde aparecen los problemas, y muy serios. Talgo no es una empresa en apuros, sino todo lo contrario: está produciendo a plena capacidad y, aun así, no da abasto para atender los pedidos que tiene ya contratados, principalmente con la alemana Deutsche Bahn, la danesa Danske Statsbaner, la francesa Le Train y, cómo no, Renfe. Presentarse a otros concursos es directamente impensable.
Por tanto, necesita ampliar su capacidad. El consorcio húngaro se la ofrecía, pero no así Skoda, como informó OKDIARIO, lo que se añadía a las dificultades de esa alternativa. ¿Y Sidenor? Pues tampoco, porque es una acerera, y no dispone de plantas en las que se puedan fabricar trenes. Es decir, la apuesta del Gobierno no soluciona su principal problema.
Cómo evitar la OPA
Eso, desde el punto de vista industrial. Pero desde el societario el lío es aún mayor. Como es sabido, aquí la cuestión es que el fondo Trilantic, junto a las familias Oriol y Abelló, tienen un 40% del capital y quieren venderlo (lo mismo que le pasa a Naturgy con los fondos CVC y BlackRock). La oportunidad de oro fue la OPA húngara, que además les pagaba un precio muy atractivo de 5 euros por acción.
Pero el Gobierno tumbó esa opción. Lógicamente, quieren que cualquier comprador alternativo les compre su participación entera y al mismo precio. Pero claro, cuando se supera el 30%, la Ley obliga a lanzar una OPA por el 100%. Y el citado Jainaga no está por la labor, porque es mucho dinero: al cierre del viernes, Talgo vale en Bolsa 470 millones de euros.
Entonces, a alguna cabeza pensante de nuestro Gobierno tan ducho en temas empresariales se le ha ocurrido que Sidenor se quede en el 29,9% y el 10% restante lo compren la SEPI o el fondo público vasco Finkatuz (o los dos), y «asunto arreglao». Sin tener en cuenta que eso consistiría en una acción concertada de libro -«cuando dos o más personas colaboren en virtud de un acuerdo, ya sea expreso o tácito, verbal o escrito, con el fin de obtener el control de la compañía afectada», dice la norma- y que también tendrían que lanzar una OPA.
Bueno, eso, si la CNMV fuera seria e independiente. Pero con actuaciones como la última de Grifols, por poner sólo un ejemplo, lo cuestionan seriamente. En todo caso, los accionistas minoritarios de Talgo exigirían -con razón- que el organismo que preside Rodrigo Buenaventura la exija y, en caso contrario, irían a los tribunales.
¿5 euros?
Y luego está el precio, ya que Jainaga no está dispuesto a pagar ni de lejos los 5 euros de los húngaros que exige Trilantic. De hecho, cuando empezaron las filtraciones de sus intenciones, Talgo cotizaba a 3,3 euros. Otro grave obstáculo para que la operación salga adelante. En cambio, financiarla no será un problema. Como adelantó OKDIARIO, el BBVA se ha ofrecido a Pedro Sánchez ‘para lo que guste mandar’ con la esperanza de que levante su veto a la fusión con el Sabadell, y la primera ocasión para ponerlo en práctica será Talgo.
¿Y La Caixa? El Gobierno necesitaba implicar a su holding Criteria para sacar adelante la opción de Skoda (por lo de la «españolidad» y para dar salida a Trilantic), mientras que ahora en principio no le hace falta; si acaso, a CaixaBank como financiador junto al BBVA. Ahora bien, si al final hay que lanzar una OPA sobre el 100% y Sidenor no se echa atrás, a lo mejor tiene que volver a pedir ayuda a Fainé.
Lo de echarse atrás no sería ninguna novedad. Jainaga tiene un historial de aparecer como salvador de empresas en apuros… para luego no llegar a culminar nunca su entrada. Pasó con la planta de Alcoa en Lugo y con Celsa. La primera está cerrada a la espera de una solución que parece estarse armando y la segunda quedó en manos de los bonistas al no poder hacer frente a sus deudas.
Algunas fuentes que conocen al personaje opinan que «lo que le gusta es figurar y que se hable de él, pero al final estas operaciones suponen mucho dinero y se echa atrás». Por lo que opinan que va a hacer lo mismo en Talgo. Lo veremos, pero con tantos obstáculos, tiene pinta de que este segundo intento del Gobierno tampoco sale.
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