Economía

China y Rusia amenazan con el fin del petrodólar y de la hegemonía de EEUU

La intención de China, mayor importador de petróleo del mundo, de instaurar el yuan respaldado por oro como moneda para adquirir crudo supone una amenaza al estatus del dólar y a la hegemonía de Estados Unidos. Rusia también quiere optar por ese camino, algo que beneficiaría a los productores sancionados económicamente por la primera potencia mundial.

En 1971, el presidente estadounidense Richard Nixon decidió incumplir los acuerdos de Bretton Woods, firmados un cuarto de siglo antes y por los cuales cada 35 dólares emitidos debían estar respaldados por una onza de oro. Ese momento supuso el fin del patrón oro y el nacimiento del dólar como dinero fiduciario. La Reserva Federal (FED) pasó a tener luz verde para imprimir dinero, el billete verde comenzó a devaluarse y la inflación hizo su aparición.

Reunión de la OPEP en Viena (Foto: GETTY).

Sólo una cosa ha evitado hasta ahora un desplome aún mayor: la instauración del petrodólar entre los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), un mecanismo mediante el cual los países están obligados a utilizar la divisa estadounidense para comprar o vender crudo.

«Ya estamos vendiendo el petróleo y todos nuestros productos en una canasta de monedas y ya a partir del día de hoy se cotiza en yuanes, las nuevas monedas del mundo nuevo. Venezuela va a la vanguardia financiera contra el neoliberalismo», anunciaba el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, hace apenas unas semanas.

Nicolás Maduro y Vladimir Putin. (AFP)

«Las consecuencias —del fin del petrodólar— serían numerosas y afectarían directamente a la hegemonía americana tanto política como militar. La gran baza estadounidense es el acuerdo hace décadas con la OPEP para comercializar el petróleo en dólares, lo que dio paso a buena parte de la economía mundial tuviera esta divisa como referencia. La inexistencia de una protección con algún otro activo como el oro conlleva las dudas de la economía financiera americana en caso de sucesivas crisis en un escenario en el que la FED no deja de introducir liquidez en su sistema», explica Álvaro García-Capelo, analista de XTB.

«La presión ejercida a EEUU es doble, vía conflictos en numerosos lugares del mundo a los que difícilmente puede hacer frente y en los que muchos sale perjudicado y por otro lado con la mayor fortaleza del bloque chino-ruso que parte de la imposición de EEUU pretende dar un cambio y permitir el intercambio de petróleo en yuanes respaldados por oro. El país chino es conocido por acumular grandes cantidades de oro durante los últimos años lo cual daría fortaleza a su economía y a un mundo en el que el yuan obtenga relevancia más allá de sus fronteras», señala García-Capelo. 

No es la primera amenaza al petrodólar

Uno de los motivos por los que los miembros de la OPEP aceptaron en su día que las transacciones se hicieran únicamente en dólares es la promesa de EEUU de utilizar su capacidad militar para proteger a sus socios.

Ya ha habido quienes se han atrevido a desafiar el sistema de petrodólar, pero no contaban con el poder ni con la fuerza armada de China o Rusia. En su día, Saddam Hussein trató de establecer junto con Francia y más miembros de la Unión Europea un sistema en el que Irak vendiera crudo a cambio de alimentos adquiridos en euros.

Muamar el Gaddafi y Barack Obama (Foto: GETTY).

También Muamar el Gaddafi, quien fuera dictador libio, retó a EEUU con la intención de crear un macroestado africano con su propio espacio económico común. Tras el estallido de la crisis en 2008, algunos países como China valoraron renunciar al dólar y comenzar a apostar por sus monedas. El propio Gaddafi fue quien inició esa contra el dólar y el euro al tratar de instaurar el dinar de oro en el comercio internacional de petróleo.

Hussein y Gadaffi corrieron la misma suerte. El final de sus dictaduras significó la muerte para ambos, y con ello el adiós de sus desafíos a la hegemonía de EEUU en el comercio mundial de crudo. Pero China y Rusia son agentes mucho más complicados de desestabilizar, por lo que la amenaza es mucho mayor.