Economía
Destaca las pérdidas y quiebras hasta la fecha

La CEOE rechaza que las empresas estén aprovechando la crisis para disparar los beneficios

La patronal de empresarios CEOE rechaza la impresión que se transmite desde el poder político de que las compañías están aprovechando la crisis para disparas sus beneficios. Lo que está sucediendo, según las fuentes consultadas por OKDIARIO, es que los márgenes se están normalizando y volviendo a recuperar los niveles anteriores a la pandemia. Pero en el camino ha habido innumerables destrozos. Según los datos publicados recientemente por Eurostat -el servicio de estudios de la Comisión Europea-, España registró un nivel récord de quiebras empresariales el año pasado, hasta un total de 9.700, una cota que está entre las más altas del Continente, sólo por detrás de Francia, entre los países grandes, y por encima de Italia.

Además, de acuerdo con la misma oficina estadística, durante todo los trimestres del año pasado se ha registrado una disminución del porcentaje de empresas contabilizadas, lo que abunda en los efectos negativos sobre la actividad económica que se arrastran desde la pandemia y que se han complicado con la guerra de Ucrania, y en general la crisis de suministros así como el encarecimiento de la energía, del transporte y de los componentes agrícolas básicos para producir alimentos y bienes de consumo en general.

Aunque los datos más recientes del Banco de España y del Banco Central Europeo insisten en la recuperación de los márgenes empresariales durante los últimos meses, el director general del Instituto de Estudios Económicos -dependiente de la CEOE-, Gregorio Izquierdo, recuerda que el 30% de las empresas perdieron dinero el año pasado mientras la proporción de los salarios sobre la renta nacional está en máximos en estos momentos. A su juicio, la mayoría de las empresas sólo está compensando las pérdidas pasadas e intentando restablecer su posición financiera después de unos tiempos aciagos.

El diagnóstico de Izquierdo coincide básicamente con el del BCE, que efectivamente ha constatado un incremento de los márgenes empresariales en los últimos meses, pero que cree que se trata de un fenómeno que se está produciendo de una sola vez, y que lo más probable es que no continúe a lo largo del 2023 debido al efecto claro que la subida continuada de los tipos de interés desde mediados del año pasado está teniendo sobre la demanda y las restricciones que impone la competencia, que no permite desplazamientos al alza en los beneficios.

«En España, los crecimientos salariales están siendo importantes y la generalización de las cláusulas de revisión de gran parte de los convenios colectivos para recuperar la inflación pasada agravan el problema», señalan fuentes del BCE. Su vicepresidente, el español Luis de Guindos, señaló el pasado fin de semana en una reunión del Foro Ambrosetti en Cernobbio (Italia) que «el principal riesgo en el camino para reducir la inflación es el crecimiento de los sueldos, que tiene un impacto muy importante en el precio de los servicios». Aunque Guindos reconoció que hasta la fecha «no hay signos claros de que estemos ya ante en una espiral inflacionista, estos riesgos deben ser monitorizados».

A pesar de todo, Guindos insiste en que «los intentos de obtener una compensación por los altos niveles de inflación del pasado año van a continuar e incluso fortalecerse durante 2023», lo cual debería evitarse. El banco central también constata que los márgenes empresariales están siendo elevados, especialmente en algunos sectores como el de la energía o el de la agricultura, pero está convencido de que este efecto se va a producir de una sola vez -a diferencia del peligro que representan los intensos incrementos salariales sostenidos en el tiempo para compensar la inflación pasada-. La explicación de que la evolución de los beneficios es menos preocupante se debe a que la demanda se está empezando a reducir en todos los países como consecuencia de las subidas continuadas de los tipos de interés y que, en consecuencia, los márgenes van a crecer cada vez menos, al hilo de la evolución de la economía.

De hecho, el BCE pronostica que el crecimiento económico en la zona euro será muy débil a lo largo de todo 2023 y que incluso puede verse alterado a la baja después de las tensiones financieras de las últimas semanas -el colapso del americano Silicon Valley y la venta apresurada de Credit Suisse a UBS por tres mil millones-, más los problemas en Deutsche Bank-, de manera que finalmente el aumento medio del PIB en la eurozona puede ser inferior al 1%.